Como cada año, entre los meses de enero y marzo, Santiago del Teide se engalana vistiéndose de blanco y rosado en uno de sus espectáculos más bellos, la floración de los almendros. Tras las intensas lluvias de hace unas semanas, los árboles han empezado a florecer, dejando bellas estampas totalmente únicas en el mundo.
Al contraste de los almendros con la vegetación típica canaria se le suma la disparidad de un entorno lleno de vida y flora junto a abruptos suelos de lava volcánica de poco más de cien años. La erupción del Chinyero en 1909, la última en Tenerife, hace que la zona sea uno de los enclaves volcánicos más espectaculares de la isla.
Por si fuera poco, ver una estampa tan primaveral con árboles plagados de flores y el zumbido de las abejas trabajando a su alrededor choca totalmente con el telón de fondo que se nos presenta, la imagen del Teide y del Pico Viejo nevados en un ambiente mucho más invernal.
Para poder disfrutar de este espectáculo lo mejor es hacer uno de los senderos que salen desde Santiago del Teide o Arguayo. El PR-TF 60, que une las localidades mencionadas, es una caminata ideal para disfrutar de todos esos contrastes. Con un recorrido lineal de unos 10 kilómetros, la dificultad técnica es baja, con alguna zona de malpaís y escoria algo más incómoda al caminar y la dificultad física tampoco es muy alta.
Pero no esperemos ver mantos rosados y blancos de almendros. Es cierto que hay más de 3.000 árboles plantados por todo el territorio municipal, pero al ser pequeños cultivos privados los árboles suelen encontrarse bastante dispersos. Además, varios vecinos de la zona nos afirmaron que tras varios años de sequía los almendros ni dan tanta flor ni apenas producción. Casi nada comparado con lo que sacaban ellos hace décadas.
No obstante, eso no quita que al terminar la caminata podamos probar estas almendras en platos típicos que preparan los restaurantes de la zona. Un cherne encebollado con pasas y almendra, unos langostinos con escamas de almendras tostadas o un pollo en salsa de almendras pueden ser el final perfecto a esta maravillosa jornada.