¿Alguna vez te has quedado escuchando la lluvia caer y de pronto sentiste una paz increíble? ¿O te sorprendiste sonriendo al oír la risa de un bebé, o la voz de un ser querido? No es casualidad. Los sonidos tienen un poder enorme sobre nosotros, mucho más del que nos damos cuenta. La psicología del sonido es un campo que estudia cómo los diferentes estímulos sonoros afectan nuestro cerebro y nuestra conducta, revelando que algunos sonidos pueden inducir calma, evocar recuerdos profundos o incluso mejorar nuestro estado de ánimo. Muchos de estos sonidos los podemos encontrar de forma cotidiana, otros en cambio nos sorprenden al escucharlos por la extraña sensación de satisfacción que nos producen. A continuación, destacamos cinco de los sonidos más placenteros para los humanos, aunque por supuesto, todo depende de los gustos y experiencias personales.
Sonido del mar
A todos nos produce cierta satisfacción escuchar el sonido de las olas romper en la orilla .En momentos de estrés nos transporta a momentos muy concretos donde reinaba la paz y tranquilidad: vacaciones, verano, nuestra infancia…

Lluvia
Un clásico. Gotas golpeando la ventana de nuestra habitación mientras sentimos la comodidad de estar resguardados de ella. Cuanto más intenso llueve, más sensación de seguridad y refugio obtenemos.

El canto de los pájaros
Uno de esos sonidos que pasan tremendamente desapercibidos en lugares especialmente ruidosos como las ciudades, pero una vez que visitamos zonas de menos tránsito como parques o un pueblo, llega rápidamente a nuestros oídos. La melodía que los pájaros elaboran nos produce bienestar, revitaliza y nos hace sentir más cercanos a la naturaleza

El viento suave en los árboles
Similar al canto de los pájaros. Transmite una sensación de paz y serenidad ideal para reorganizar las ideas y despejar la mente, además de encontrarse en espacios naturales que sin duda merece la pena visitar.
Música instrumental
A pesar de que a no todo el mundo puede gustarle este género musical, se ha demostrado que reproducida a un nivel bajo y suave puede facilitar la concentración y estimular las emociones, incluso reduce el estrés y la ansiedad.

Crujido del pan
El ruido del pan al romperse o al darle un mordisco es pura satisfacción, anticipando el comienzo de la comida con un sonido seco y delicada. Una pequeña sinfonía cotidiana que mezcla placer, hambre y la sensación de estar en el hogar en un instante.
