Desde su creación, Tik Tok ha sido un exponente de todo tipo de modas y tendencias. Gracias a su formato de videos cortos, que permite visualizar gran cantidad en poco tiempo (a riesgo de que nuestra capacidad de atención se vea sensiblemente reducida), y su capacidad de ‘storytelling’, hemos sido testigos del surgimiento de influencers, estilos y tópicos que han dado mucho de que hablar. Un tipo de estética que ha surgido de esta misma manera, y ha dado lugar a la creación de gran cantidad de contenido son los espacios liminales, un interesante concepto que provoca diferentes sensaciones en la mente humana.
Un espacio liminal hace referencia a diferentes tipos de zonas con apariencia abandonada y melancólica a las que normalmente asociamos con gente en ellas, tales como parques de atracciones, áreas de descanso o largos pasillos. La sensación de visualizar espacios anormalmente vacíos genera un efecto de inquietud, nostalgia o tristeza difícil de explicar, puesto que no terminan de encajar con la definición previa que concebimos sobre estas zonas, lo que les hace caer en un valle de lo inquietante, término utilizado en mayor medida en la robótica y animación 3D para definir creaciones cuyo parecido inexacto con los humanos crea un gran estado de incomodidad. Lo liminal comparte una estrecha relación con este concepto, son espacios de transición, que no terminan de ser una cosa ni la otra, de ahí a que los contemplamos como algo que nos resulta familiar pero que al mismo tiempo desconocemos.

El origen de esta corriente reside en el foro 4Chan, donde historias sobre espacios liminales comenzaron a hacerse virales en 2019. Entre todas destaca especialmente ‘The Backrooms’, una serie de videos que ganaron una gran fama de Tik Tok sobre pasillos y habitaciones con alfombras, paredes amarillas y luces de techo de gran intensidad que parecen no tener fin. Además en dicha red, el hashtag #liminalspaces acumula más de dos millones de visitas, consagrando este fenómeno como un absoluto éxito.
Sin embargo, existen precedentes más antiguos sobre esta tendencia. En el mundo cinematográfico lo liminal es utilizado con frecuencia para transmitir momentos narrativos complejos y situar al espectador en una atmósfera agitada. Películas como Origen (Christopher Nolan, 2010), El Show de Truman (Peter Weir, 1998) o Cómo ser John Malkovich (Spike Jonze, 1999), utilizan este recurso por sus tramas enrevesadas y momentos especialmente oníricos en el desarrollo de las mismas.
