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Cinco ‘tips’ para reencontrarnos con la rutina

Septiembre está a la vuelta de la esquina y con él llega esa temida rentrée que pone un punto y aparte a nuestro mood vacacional. Regresan los madrugones, las prisas y, cómo no, las responsabilidades del trabajo o los estudios, por lo que en breve nos encontraremos de nuevo inmersos en la rutina que conseguimos dejar atrás por unos días.

Con mayor motivo, en esta ocasión queremos hacer tu vuelta a la actividad normal algo más llevadera para que no suponga un cambio tan brusco. Para ello, te proponemos cinco consejos que esperamos que te resulten valiosos.

Practica el ‘batch-cooking’ y haz un menú semanal

Uno de los peores aspectos de la rentrée es vernos con tan poco tiempo para cocinar. Al fin y al cabo, los horarios de oficina nos absorben y nos obligan a volvernos más eficientes. Precisamente, eficiencia es lo que brinda el batch cooking, entendido como la práctica de cocinar a la vez diferentes recetas en un día —muchos lo suelen dejar para el domingo—, aprovechando ingredientes en común.

Se trata de no renunciar a la calidad nutricional de una manera que nos permita tener varios platos listos para la semana en, por ejemplo, dos horas. Al principio, quizás a algunos pueda agobiarles introducirse en el batch cooking. Para evitarlo, un buen tip sería comenzar poco a poco y preparar, por ejemplo, comida para tres días en lugar de cinco. De este modo, a lo mejor te ves obligado a cocinar o comprar algo para el jueves y viernes, pero habrás dejado listo los platos de tres días, ahorrando una cantidad considerable de tiempo. 

Aprovecha al máximo las horas de sol

Aunque el verano acabe en septiembre, las horas de sol continuarán siendo abundantes algunas semanas más. Si las aprovechamos, resulta otra manera perfecta para hacer nuestra vuelta a la rutina más liviana. De este modo, si dispones de un patio o una terraza en casa, cuando llegues del trabajo te aconsejamos dedicar un ratito a tomar el sol cada día hasta que empiece a anochecer antes.

Aunque parezca una nimiedad, seguramente ya sabrás que está científicamente comprobado lo bien que sienta a nuestro estado de ánimo la luz, además de los beneficios de tomar el sol para la vitamina D o para nuestras defensas. Al mismo tiempo, nos aseguraremos de que nuestro bronceado veraniego dure un poco más, ¡así que son todo ventajas!

Encaja actividades del verano en tu rutina

Retomar nuestras obligaciones no quiere decir que tengamos que esperar hasta las próximas vacaciones para disfrutar de nuevos momentos de diversión o desconexión. Por este motivo, otro buen tip sería planificar actividades de ocio para después del trabajo o de cara al finde. Recupera el espíritu de los tardeos de verano tomándote una cerveza en una terraza después de la jornada laboral o aprovecha las bondades del clima de Canarias para regresar a la playa un domingo. Estamos seguros de que así la vuelta a la rutina se sentirá menos brusca.

Apuesta por hábitos saludables

Muchas veces, en vacaciones descuidamos un poco nuestros hábitos. Al fin y al cabo, nos merecemos relajarnos por unos días y dejarnos llevar. No obstante, cuando volvemos a nuestras ocupaciones es muy aconsejable desarrollar hábitos saludables, algo que tendrá un impacto positivo en nuestro estado mental. Evitar la comida procesada, buscar media hora al día para practicar ejercicio o asegurarnos de que dormimos lo suficiente son algunos de los consejos esenciales que te recomendamos seguir.

Entrena tu mente para evitar preocupaciones continuas

En la mayoría de las ocasiones, regresar al trabajo conlleva que nuestra mente renovada tras las vacaciones vuelva a llenarse de preocupaciones y que comiencen los ‘agujeros’ en el estómago. Como propósito para la vuelta a la rutina, en esta ocasión podemos proponernos entrenar nuestra mente para que los problemas del día a día nos afecten menos.

En este sentido, los ejercicios de mindfulness nos serán de mucha utilidad, ya que están destinados a que en el día a día nos ‘ocupemos’ en lugar de que nos ‘preocupemos’. Si lo traducimos del inglés significa ‘conciencia plena’, y practicando estas técnicas disfrutaremos más del ‘aquí y ahora’ y pensaremos menos en los problemas del día siguiente. Así, aprovecharemos mejor el tiempo cuando estemos en casa, sin dejar que nuestra mente se estrese sin necesidad.

Aunque son numerosos los ejercicios de mindfulness, puedes empezar por el más básico —esencial para desarrollar los siguientes—: la respiración consciente. Se trata de poner toda tu atención únicamente en los sonidos, movimientos y sensaciones de tu respiración, ya sea tumbado o sentado en una silla. Puedes realizarlo en cualquier momento en el que comiences a sentir estrés o ansiedad y, con la práctica, verás cómo te va costando menos dejar tu mente en blanco.

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