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© Ullstein Bild

Ulrich Müther, el mago aerodinámico

Este ingeniero civil y diseñador alemán fue pionero en la construcción de conchas arquitectónicas y el único que dominó la técnica del hormigón vertido en la antigua República Democrática Alemana (RDA). Sus estructuras elípticas y ligeras se oponían a las construcciones megalómanas que predominaron en su país durante la era socialista.

Ulrich Müther (Binz, 21 de julio de 1934-Binz, 21 de agosto de 2007) estudió ingeniería en Neustrelitz y se graduó como ingeniero civil, en 1963, por la Universidad Técnica de Dresde. Se especializó en el cálculo estructural y en el desarrollo de cáscaras y láminas de hormigón de doble curvatura, siguiendo el ejemplo de Félix Candela, arquitecto español nacido en 1910 y fallecido 1997, al que muchos creen mexicano.

Fue un amigo de la universidad, el arquitecto Ingo Schönrock, quien le sugirió, después de asistir a una conferencia del pionero de la construcción de conchas de hormigón, Félix Candela, que dedicara su tesis a la concha parabólica hiperbólica. Müther estaba fascinado por estas conchas, que consistían en una red de vigas de acero que creaban superficies curvas de dos pliegues a partir de líneas rectas.

La carrera de Müther despegó en los primeros años 60 del pasado siglo, influenciada no solo por Candela, sino también por el brasileño Oscar Niemeyer. El estilo elegante y futurista de Müther poco tenía que ver con la pesada grandiosidad de la arquitectura que dominaba tras el Telón de Acero. Emblema del progreso del régimen socialista, a Ulrich Müther se le permitió, con fines propagandísticos, construir fuera de la RDA, realizando algunas obras en Jordania, Libia, Kuwait o Finlandia.

Diseñó y construyó alrededor de 74 estructuras de concha de hormigón de doble curva, convirtiéndose así en un importante representante de la arquitectura moderna y del diseño retrofuturista que descolló durante la Guerra Fría. En sus diseños están muy presentes las matemáticas. Su gran obsesión siempre fue aplicar fórmulas de cálculo para reducir el espesor y el volumen y, de esta manera, conseguir una mayor ligereza en las estructuras. Este concepto aerodinámico de la arquitectura dio como resultado formas que hasta entonces eran casi imposibles.

Entre sus obras más emblemáticas están la sala de exposiciones (1966) de la antigua feria anual del Mar Báltico, en Rostock-Schutow; el restaurante Inselparadies (1966), en Baabe; las marquesinas y paradas de autobús de Binz, Dranske y Templin; la sala de usos múltiples de Rostock-Lütten Klein (1967-1968); el restaurante Ostseeperle (1968), en Glowe, y el del parque Eberswalde (1968); la sala de exposiciones (1969) del Parque Cultural Rotehorn en Magdeburgo; el restaurante Ahornblatt, construido, entre 1969 y 1970, en la Alexanderplatz de Berlín; las dos torres de vigilancia, que parecen sacadas de un relato de ciencia ficción, levantadas en 1975 y 1981, en Binz y el restaurante Seerose (1982-1983) de Potsdam.

Símbolo de una era, tras la reunificación alemana su obra no ha sido valorada de forma correcta. Lamentablemente, no todas las obras de Müther han llegado hasta nuestros días. Algunas han sido demolidas, reconvertidas o, simplemente, abandonadas. Otras, como la sala Hyparschale de Magdeburgo, son monumentos protegidos o se conservan en buen estado. Entre estas últimas está el restaurante Teepott, de Warnemünde, construido en 1968 y que todavía parece desafiar las leyes de la gravedad.

 

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