El 29 de agosto se celebra el Día Internacional del Videojuego, una industria que desde el 2003, se convirtió en el sector de entretenimiento que más facturaba, incluso por encima del cine y la música. Ya en 2010, superaría en ingresos totales a ambas industrias juntas.
Y qué mejor manera de celebrarlo, que con un bol de palomitas viendo en Netflix su nuevo y colorido estreno ‘High Score’. Una docuserie de seis capítulos -de unos 40 minutos cada uno- sobre la edad dorada de los videojuegos. Una historia que superó todos los limites marcados y que tuvo que derribar cientos de barreras y prejuicios. Pioneros de la informática y artistas visionarios de todos los rincones del mundo que crearon mágicos universos a base de píxeles.
Sin lugar a dudas, un sector que ya no es sólo cosa de niños y adolescentes y que en 2019 facturó 151 mil millones de dólares. Una diferencia abismal frente a los 43 mil millones que se embolsó el cine el mismo año o los 20 mil millones que ingresó la música.
Personajes míticos que nos acompañaron durante nuestra infancia como Super Mario, Sonic o Pac Man entre otros. Culpables de gastar nuestros pocos ahorros en máquinas recreativas para luchar contra amigos o superar ingeniosos y complicados niveles que nos llenarían de satisfacción cuando conseguíamos la puntuación más alta, conocida en inglés como ‘High Score’.