La isla de Tenerife cuenta con innumerables y cambiantes paisajes que se adaptan a un clima aún más versátil. La ruta de los almendros en flor es uno de estos lugares. Conocida entre tinerfeños y turistas, es una visita obligada si viajas a la Isla entre los meses de enero y febrero, la cúspide de la floración de este árbol.
Siempre es una buena ocasión para conocer nuevos sitios, huir de la monotonía y explorar el lugar en el que vivimos. Por eso, y aprovechando la época del año y el buen tiempo, hemos decidido cambiar de la rutina de la ciudad para ir en busca de este paisaje tintado de rosa. Aunque, a causa de la intensa sequía que ha vivido el Archipiélago canario este invierno, la floración se adelantó, lo que causó que estas últimas semanas las flores desaparecieran para empezar a dar paso ya a su fruto: las almendras.
Iniciamos nuestra excursión por la ruta más famosa, comenzando en Santiago del Teide y finalizando en Arguayo. Nos esperan 10 kilómetros de recorrido. El paseo, bastante transitado, nos lleva por un camino de tierra y piedras rodeado de almendros y otros árboles. A lo largo de la caminata se puede observar las secuelas de la última erupción del volcán Chinyero, donde la lava paró antes de llegar y arrasar el pueblo.
El sendero es sencillo y tranquilo para recorrerlo en familia, parándote a apreciar el paisaje que se pinta a tu alrededor, a respirar el aire puro y a disfrutar de la naturaleza. Puedes recorrer el camino desde su inicio hasta su final y volver en transporte público al lugar de partida; decidir dar la vuelta a mitad de camino y regresar sobre tus pasos; o si tienes la capacidad (y las ganas), recorrer los 10 kilómetros de vuelta otra vez.
Asimismo, el Ayuntamiento de Santiago del Teide organizó una campaña, #AlmendroenFlorSDT durante este período. Se realizaron diversas actividades como, por ejemplo, un mercadillo agro-artesanal con productos gastronómicos tanto locales como del exterior, actuaciones musicales, exhibiciones de coctelería, talleres de repostería… Siempre sin perder de vista a la protagonista del acto: la almendra.