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Forestal Park Tenerife, una experiencia para reinar entre los árboles

¿Alguna vez te has levantado con ese cosquilleo en el cuerpo que te pide un día de aventuras? Nosotros lo sentimos el pasado sábado, 16 de julio, cuando en una apacible mañana de verano nos adentramos en el Paisaje Protegido de Las Lagunetas rumbo a un lugar muy especial.

Allí nos esperaba el equipo de Forestak Park Tenerife para hacernos vivir una experiencia, literalmente, entre árboles. Los enormes pinos de hasta 30 metros que pueblan este parque forestal y la fragancia del bosque cautivaron nuestros sentidos para animarnos aún más a emprender este reto singular.

Cuando los monitores nos colocaron los arnés, ya no había vuelta atrás. Solo quedaba dejarnos llevar por ese espíritu intrépido que todos llevamos dentro y disfrutar subiendo a las diferentes plataformas de madera instaladas en los árboles. Pero antes de ello, lo esencial: la charla de seguridad para saber cómo encaramarnos a los pinos. Y lo cierto es que, tras las instrucciones y algunos tips de la monitora Silvia, nos dimos cuenta de lo segura que era esta aventura. Hasta dos enganches diferentes nos mantenían suspendidos en el aire si nos soltábamos de los cables. Lo mismo a la hora de subir escaleras.

Una vez superado el circuito de briefing, ya éramos libres para explorar el parque a nuestro antojo. Forestal Park Tenerife consta de una amplia variedad de circuitos que se adaptan a todas las edades, clasificados por colores según su dificultad, por lo que es una propuesta ideal para familias. Y es que no tenemos dudas de que los ‘peques’ liberarán aquí toda su energía.

Lo más curioso es que estos recorridos adoptan los nombres de las Islas Canarias. Tras estrenarnos en La Gomera, y poner a examen nuestro equilibrio cruzando de un árbol a otro a través de troncos colgantes y otras pruebas, fuimos directos al nuevo circuito de las instalaciones, inaugurado el 8 de julio. Se trata de La Graciosa, el único recorrido de Canarias compuesto exclusivamente por tirolinas. Aquí la descarga de adrenalina estaba asegurada, pues nos lanzamos por tirolinas… ¡de más de 200 metros!

Luego llegó el turno de Lanzarote, con pruebas muy variadas, para después cambiar de provincia y medir nuestra destreza en El Hierro. A falta de algo más de media hora para el final de nuestra sesión, decidimos poner fin al día en Gran Canaria, donde tuvimos que dar lo mejor de nosotros mismos ya que la dificultad aumentaba. Aquí nos esperaba un impresionante combo de tirolina y escalada en red que resultó ser de lo más desafiante.

Con la satisfacción de haber disfrutado de un día en la naturaleza de manera diferente y de sentirnos como Tarzán entre los árboles, devolvemos nuestros arnés para poner fin a la jornada. Nos vamos del parque con la promesa a los monitores de que regresaremos algún para hacer frente a Tenerife, el circuito más extremo del parque y el de mayor altura. ¡Que así sea!

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