A los pies del imponente Monte Fuji, en Japón, está naciendo una ciudad que parece salida de una película de ciencia ficción. Su nombre es Woven City, y es mucho más que un proyecto urbanístico: es el laboratorio viviente con el que Toyota quiere ensayar cómo será la vida en el futuro. Una ciudad diseñada desde cero para probar nuevas formas de movilidad, sostenibilidad, inteligencia artificial y convivencia humana.
Un sueño que empieza a hacerse realidad
El proyecto fue presentado por Toyota en 2020 como una utopía tecnológica, y hoy empieza a materializarse. En octubre de 2024 se completó la Fase 1 de construcción, y se prevé que los primeros residentes —conocidos como Weavers— comiencen a instalarse a partir del otoño de 2025.
La ciudad se levanta en los terrenos de la antigua planta automovilística de Higashi-Fuji, en la prefectura de Shizuoka, y su objetivo es claro: convertir un espacio industrial en un ecosistema urbano inteligente.
Woven City no es una maqueta ni un parque temático del futuro, sino una ciudad real, con casas, calles, transporte, servicios y ciudadanos. En esta primera etapa vivirán entre 300 y 360 personas, principalmente empleados de Toyota y sus familias. Con el tiempo, la población podría alcanzar los 2.000 habitantes.
Una red tejida de tecnología y sostenibilidad
El nombre Woven (tejida) no es casual: simboliza la conexión entre las distintas capas que conforman la ciudad. Las calles están “tejidas” para diferenciar tres tipos de circulación: una para vehículos rápidos y autónomos, otra para movilidad personal —como bicicletas o patinetes eléctricos— y una última exclusiva para peatones.
Los edificios, construidos mayoritariamente en madera, cuentan con paneles solares y sistemas de energía basados en hidrógeno. En su interior, los hogares estarán equipados con tecnología domótica, robots asistentes y sensores capaces de monitorizar la salud y las rutinas de sus habitantes. Todo se integra bajo una red de inteligencia artificial diseñada para aprender, adaptarse y mejorar el día a día de quienes vivan allí.
Un ecosistema para experimentar
Más que un lugar para vivir, Woven City será un entorno de pruebas a escala real. Toyota lo concibe como un espacio de colaboración entre investigadores, startups y empresas tecnológicas. Aquí, los Weavers —los habitantes— convivirán con los Inventors —innovadores que desarrollan proyectos dentro de la ciudad—, generando un ecosistema de experimentación continua.
Se probarán nuevas formas de movilidad autónoma, modelos de energía limpia, sistemas de logística inteligente y servicios basados en inteligencia artificial. Todo con un mismo fin: diseñar una ciudad sostenible y humana que pueda replicarse en otros lugares del mundo.