Tenerife ofrece cientos de actividades para vivir una experiencia inolvidable. Sus condiciones orográficas, su gran variedad de climas y ecosistemas y sus marcados contrastes nos proporcionan la posibilidad de experimentar diversas sensaciones. De descubrir, de ver desde otro punto de vista, de soltar adrenalina, de conocer o simplemente de desconectar y relajarse. Planes que seguro te harán vivir una auténtica aventura.
Parapente
Debido a la altitud de la isla, es de los pocos lugares en el mundo en los que puedes volar en parapente desde más de 2.000 metros de altitud hasta la playa en un planeo de media hora. El descenso desde Izaña hasta las playas de Puerto de la Cruz es una de las rutas más habituales. Observar los barrancos del valle de la Orotava desde el aire o sobrevolar de cerca los pinos de la corona forestal es algo impresionante. Otro de los vuelos más emblemáticos discurre por el macizo de Anaga, partiendo desde Taganana, sobrevuela la zona norte de la costa en un espectacular trayecto.
Barranquismo
Una actividad que sin duda te pondrá a prueba y te hará soltar altas dosis de adrenalina. El descenso de barrancos es una experiencia en toda regla y te permitirá adentrarte en zonas inaccesibles de otra forma. Saltos de vértigo, rapel y pequeñas zonas de escalada que pondrán a prueba todos tus sentidos. La isla esta plagada de barrancos más o menos técnicos en los que practicar esta actividad, siempre con una empresa especializada que nos dará toda la equipación necesaria si no se cuenta con experiencia.
Senderismo
Al igual que el resto de las islas del archipiélago canario, Tenerife es un paraíso para caminar. Milenarios bosques de laurisilva en Anaga y Teno, terrenos abruptos y volcánicos como de otro planeta en las Cañadas o en el Malpaís de Güimar, espesos y antiguos bosques de pinos de alta montaña por toda la Corona Forestal , territorios desérticos y áridos como en Árico, el Médano o el Palm-mar, o escarpadas montañas y barrancos en Adeje y Masca. Paseos cortos de una hora para hacer en familia o exigentes caminatas de varios días. Duras ascensiones, antiguas galerías de agua transitables no aptas para claustrofóbicos, serpenteantes senderos al filo de acantilados. Desde luego, un amplio abanico de posibilidades para no aburrirse jamás.
Kayak
Pero si eres más de mar que de montaña no hay problema. Navegar en un kayak es una experiencia muy gratificante. Además de hacer un intenso ejercicio físico podrás observar la costa de otra forma muy diferente. Descubrir playas inaccesibles, explorar cuevas o cruzarte con algún animal marino. Siempre es una buena idea llevar unas aletas y unas gafas para hacer snorkel, por si nos apetece darnos un baño.