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Foto: Álvaro Alonso

Una atalaya para contemplar Lanzarote

El mirador del Risco de Famara es uno de esos lugares mágicos en Canarias que no podemos dejar de visitar. Unas vistas panorámicas de ensueño que nos descubren un paisaje único. Tonalidades rojas y negras de las lavas volcánicas que contrastan con el verde de plantas que brotan en esta zona y con el intenso azul del océano Atlántico que baña las costas de Lanzarote. 

Al norte de la Isla, cerca del municipio de Haría, y a casi 500 metros de altitud sobre el nivel del mar, contemplamos una auténtica maravilla natural. A sus pies, la playa de Famara. Con sus seis kilómetros de arena clara y sus bravas aguas de color turquesa, atrae a surferos y windsurfistas de todos los rincones del mundo. 

Divisamos también la Caleta de Famara y gran parte de la costa occidental de la Isla, salpicada por decenas de conos volcánicos que destacan entre las yermas llanuras lanzaroteñas. Al otro lado, admiramos el archipiélago de Chinijo. 

Esta imponente atalaya de paredes verticales está enmarcada dentro del área conocida como El Bosquecillo, en lo alto de los Riscos de Famara. La influencia de los Alisios en la zona hará que tengamos que usar algo de abrigo. 

Multitud de senderos discurren por este paraje, ideales para pasear con estas espectaculares vistas. Caminatas que, sin duda, nos permitirán descubrir la esencia del paisaje de Lanzarote a vista de pájaro. 

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