Ya seas un entendido del vino o un auténtico profano, seguro que los vinos canarios te llaman la atención por su peculiar carácter. Su singularidad es fruto principalmente de su alta mineralidad, debido a las características volcánicas del suelo. Esta particularidad es premiada en distintos certámenes alrededor del mundo y los caldos de las islas son exportados a más de 35 países.
El archipiélago posee mas de 15.000 hectáreas de viñedos cultivados y es una de las pocas regiones en el mundo a la que no le afecta la Filoxera, un pulgón que únicamente ataca la vid. Al no padecer esta plaga, no hace falta injertarla en otras especies resistentes, como se hace en la mayoría de viñedos, y se puede plantar directamente en el suelo, lo que ocasiona una mayor interacción de la planta con la tierra, otorgándole un sabor único y muy especial.
Si a esto le sumamos unos suelos volcánicos relativamente jóvenes y llenos de minerales que absorberá la uva y unas variedades de vid endémicas, obtenemos un vino único en el mundo, apreciado tanto dentro como fuera de las afortunadas.
Tras la gran plaga de Filoxera a finales del siglo XIX, que afectó a todos los viñedos de Europa y Estados Unidos, muchas cepas desaparecieron. Pero en Canarias, gracias a la inmunidad hacia esta desgracia, sobrevivieron. Por ello, en las islas, encontramos estas variedades tan exclusivas.
La tradición vinícola en el archipiélago se remonta más de 300 años. Aunque fue a mediados de los años 80 cuando comenzó a desarrollarse exponencialmente de una forma más comercial. Esta cultura está tan arraigada que son muy habituales las pequeñas cosechas familiares que se elaboran para el consumo propio y que son de gran calidad.
Por todo esto desde el Gobierno de Canarias siguen impulsando esta tradición centenaria con diferentes certámenes. Año tras año, se celebra el Concurso de Vinos Agrocanarias. Tras la vigésima edición ya conocemos cuáles han sido los mejores vinos canarios de la ultima añada. De los 176 que se presentaron en representación de las 11 Denominaciones de Origen de las islas, el premio al mejor vino fue para el Brumas de Ayosa Malvasía Dulce, del Valle de Güimar. Y fue esta Denominación de Origen la que más triunfó en el certamen, con un total de 10 medallas entre las de Plata, Oro y Especiales. Le siguieron de cerca la D.O. de Abona y la D.O. Islas Canarias, con siete medallas cada una.
En cuanto a los mejores vinos en el resto de categorías se repartieron cinco Grandes Medallas de Oro. El mejor vino tinto fue elegido el Marba Tinto Barrica. El Agala 1212 fue el caldo más destacado de entre los de crianza. Para el blanco fueron seleccionados El Sitio malvasía aromático y Testamento Dry y como mejor vino dulce el Ainhoa Dulce.
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