El de Abrante es, sin duda, uno de los miradores más asombrosos de todos los que hay en las Islas. Ubicado en la vertiente norte de La Gomera, en la zona más alta del risco del valle de Agulo, nos permite experimentar la sensación de sobrevolar a más de 400 metros de altitud. A nuestros pies, el pueblo que da nombre al valle y a lo lejos, en medio del gran océano, la isla de Tenerife con el Teide presidiendo desde las alturas.
Construido en el año 2013, consiste en un saliente con una estructura prácticamente de cristal (incluyendo también el suelo), de unos siete metros de longitud, que desafía a la gravedad y sobresale en la zona más alta del acantilado. Al poner un pie detrás de otro sobre ese suelo totalmente transparente, sentiremos la adrenalina y nos dará la impresión de flotar sobre el vacío.
No apto para aquellos que sufren de vértigo, este mirador está emplazado dentro de un restaurante propiedad de la naviera Fred Olsen, en el que podemos degustar algunos platos típicos de la Gomera como el almogrote, los quesos de cabra con miel de palma o el conejo en salmorejo.
El entorno en el que se encuentra también llama la atención, pues la tierra posee una intensa tonalidad rojiza, debido al alto contenido en hierro, que contrasta totalmente con el azul del cielo y da la impresión de estar en otro planeta. Un destino que, sin lugar a dudas, no puede faltar en tu agenda.