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Una estación de tren en el bosque

En la milenaria ciudad china de Jiaxing, con más de 7000 años de historia, la firma MAD Architects ha reconstruido una estación de tren cuyas instalaciones habían quedado obsoletas. Y lo ha hecho apostando por una armoniosa integración con zonas verdes destinada a aumentar el bienestar de los pasajeros.

Lo cierto es que este proyecto se ha contrapuesto a la tendencia habitual de las estaciones de tren en el gigante asiático. “Las estaciones de tren han crecido mucho más allá de la escala humana, erigiéndose como imponentes palacios en los centros de las ciudades chinas, rodeados de amplias carreteras principales, viaductos y vastas plazas vacías”, advertía el estudio.

Con mayor motivo, el socio fundador de MAD, Ma Yansong, buscó la manera de darles la vuelta: “Podemos romper con la búsqueda común de edificios monumentales grandiosos y convertirlos en espacios públicos urbanos con funciones de transporte, ecología natural y vida cultural, donde los ciudadanos estén felices de ir, quedarse, encontrarse y disfrutar”. Dicho y hecho.

Como resultado, el estudio realizó una interpretación contemporánea de la original estación de tren que estrenó la ciudad en 1907 —que no es la misma que la que reconstruyó MAD —. A este diseño se le incorporó un techo metálico ‘flotante’, equipado con paneles solares que alimentan las instalaciones. 

Además, el respeto a la historia y patrimonio de la localidad primó en cada momento del proyecto. MAD revela cómo un grupo de expertos y eruditos analizó una gran cantidad de datos históricos de los archivos de la ciudad para reconstruir con precisión la vieja estación. De hecho, se apostó como material de construcción por 210 ladrillos rojos y verdes hechos con barro procedente del cercano Soth Lake, entre otros materiales de origen local.

Esta estación es subterránea, aspecto que la firma ha aprovechado para conectarla con un parque con el que colindaba. En este sentido, se decidió ampliar este espacio de recreación y aumentar su biodiversidad: se plantaron más de 1500 árboles, entre ellos hayas, alcanfor, osmanthus, arces, sebiferas, secuoyas y cerezos en flor.  “El eje espiritual, que contiene el edificio recreado de 1907, está marcado con hayas que, cuando estén completamente formadas, crearán un dosel que cubrirá toda la plaza norte frente a la estación”, señala MAD.

En su vertiente sur, las instalaciones disponen de hasta siete edificios con funciones culturales y comerciales. Se encuentran hundidos en las ‘colinas’ que ha concebido MAD en un amplio campo de césped. 

Sin duda, otro ejemplo de integración de elementos naturales y espacios urbanos que redundará en la revitalización de la ciudad. Nosotros lo tenemos claro: todo al verde.

 

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