Una célebre diseñadora autodidacta italiana que recibe el nombre de Elsa fundó la icónica casa de moda Schiaparelli en 1927. En menos de una década, la marca se consolidó como una de las más populares a nivel mundial, con dos tiendas en París y Londres y un lugar de honor en la edición estadounidense de Vogue.
Schiaparelli no solo confeccionó prendas de vestir excepcionales, sino que también se aventuró en la fabricación de perfumes, estableciendo así una de las señas de identidad de la marca. Su colaboración con Salvador Dalí y la creación de accesorios de corte surrealista destacan su habilidad para desafiar lo convencional y deslumbrar con su creatividad. Por desgracia, tomó la decisión de cerrar su taller en 1954.
El legado de la diseñadora vivió en la memoria colectiva hasta que, en 2006, el CEO de Tod ‘s adquirió los archivos de la marca y decidió revivirla. En 2012, coincidiendo con la exposición ‘Schiaparelli and Prada: Impossible Conversations’ en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, la casa de costura reabrió sus puertas en el Hotel de Fontpertuis, el lugar donde Elsa se retiró de la moda.
Dos años después, la firma presentó su primera colección de alta costura. Schiaparelli se convirtió en un invitado distinguido en los desfiles de París y, en 2017, el Ministerio Francés de Industria y la Federación Francesa de Alta Costura le otorgaron el título oficial.
Tras un proceso de selección que involucró a diversos diseñadores, Daniel Roseberry, proveniente de Thom Browne, asumió la dirección creativa en 2019. Su llegada dio lugar a una nueva vida y una perspectiva contemporánea a la casa Schiaparelli.
La marca renació definitivamente cuando Lady Gaga eligió un Schiaparelli Haute Couture personalizado, diseñado por Roseberry, para su actuación en la investidura del presidente Joe Biden en 2021. El espectáculo y la innovación de la firma, fusionados con la visión de Roseberry, continúan siendo elementos fundamentales de una marca que aún se postula como un faro de creatividad en la moda.
Impulsada por Elsa y revitalizada por Roseberry, esta leyenda brilla con más intensidad que nunca en el mundo de la moda contemporánea, donde el nombre Schiaparelli sigue siendo un recordatorio de que la creatividad y la audacia en este sector pueden trascender generaciones.