Uno de los frutos que más abunda en Canarias es el higo pico. Quizás, una de las causas de que haya tantos es la dificultad de comerlos por sus picos, pero lo que está claro es que su sabor hace que sea un fruto delicioso como pocos.
Al igual que tantas otras tradiciones, cada vez son menos las personas que tienen conocimientos sobre este fruto de la penca. Lo que sí sabemos es que son muchos los beneficios que aporta. Concretamente, el tuno indio posee multitud de usos, tanto medicinales como gastronómicos.
Medicinalmente se emplea para el tratamiento del hígado o la vesícula, para bajar la fiebre, mejorar catarros respiratorios, bajar los niveles de azúcar en sangre en diabéticos, en usos depurativos de cistitis o para cálculos renales, entre otros.
Es por ello que recuperar la tradición de recolectar higos picos haría feliz a muchas de nuestras abuelas. Antiguamente, estos frutos se barrían con escoba. Se ponían encima de una zona con paja y siempre a favor del viento para no llenarse de sus picos. Lo cierto es que era toda una odisea y una tradición que se está perdiendo. Hoy la gente ya no recoge higos picos porque no son capaces de barrerlos y desconocen cómo hacerlo correctamente.
Por tanto, impulsar su cultivo y la recolección sería todo un acierto para nuestros paladares, pues no nos cabe duda de que, a pesar de su dificultad, vale la pena pincharse un poco.