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La magia detrás de las joyas hechas con leche materna

En los últimos días, las joyas de leche materna han acaparado la atención de los medios y las redes sociales. Este tipo de piezas, creadas a partir de la propia leche de las madres, han pasado de ser una tendencia íntima y personal a convertirse en un fenómeno mediático. Esto se debe, en gran parte, al vestido de Cristina Pedroche en las Campanadas, una prenda que incorporaba miles de cristales fabricados con leche materna, despertando la curiosidad y admiración del público.

Sin embargo, este arte va mucho más allá de los focos y la moda efímera. Las joyas de leche materna tienen un significado profundo: inmortalizar la conexión única entre una madre y su bebé. Más allá de su estética, son piezas cargadas de emociones y recuerdos que permiten a las madres conservar para siempre un momento tan íntimo como la lactancia.

© @cristipedroche

Desde que estos amuletos están en boca de todo el mundo, la pregunta más frecuente es ¿cómo se hacen las joyas de leche materna? La realidad es que el proceso de creación es tan especial como el simbolismo detrás de estas piezas.

Todo comienza con la leche materna, que se somete a un tratamiento de conservación y deshidratación que la transforma en una especie de resina. Este material se moldea y se pule a mano, creando pequeñas piedras preciosas de distintos colores y texturas. Cada pieza es única, ya que cada madre aporta una composición de leche diferente, lo que da lugar a matices exclusivos en las joyas.

Las joyas de leche materna suelen ser realizadas por pequeñas marcas o artesanas, lo que las convierte en piezas exclusivas y hechas con mimo. Generalmente, para su creación, estas piezas se combinan con metales preciosos como el oro o la plata, creando colgantes, anillos, pulseras o incluso pendientes. Cabe destacar que una de las características más destacadas de este tipo de joyas es que gracias al proceso de conservación, las piezas son increíblemente duraderas y están diseñadas para resistir el paso del tiempo sin perder su calidad.

Además, muchas artesanas ofrecen personalizaciones que incluyen otros elementos simbólicos, como mechones de cabello, dientes de leche o cenizas de seres queridos, haciendo que cada joya sea irrepetible. Por lo que no hace falta estar en el periodo de lactancia para conseguir un recuerdo especial.

© Morir de Amor

En la actualidad, una de las creadoras más reconocidas en este ámbito es Belén Mozas, fundadora de la firma Morir de Amor. Su trabajo destaca por combinar la artesanía con un profundo respeto por los recuerdos y las emociones de sus clientas.

También conocida por haber participado en el diseño del famoso vestido de Pedroche, ha dedicado su carrera a convertir materiales cargados de significado personal en joyas únicas.

Aunque estas joyas no son una novedad, su reciente protagonismo en medios y eventos de alta visibilidad ha hecho que muchas madres se interesen por inmortalizar su experiencia de lactancia de esta forma. Más que un accesorio, son piezas llenas de historia, amor y significado, capaces de trascender el tiempo y convertirse en auténticos tesoros familiares.

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