Las navidades de este dramático 2020 no van a ser como a todos nos hubiese gustado. La COVID-19 no entiende de fechas señaladas ni de grandes celebraciones con nuestros seres queridos, por lo que en esta ocasión nos toca cuidar más que nunca de la familia y limitar el número de personas en las cenas navideñas. Desde luego, ya nos hemos acostumbrado a las malas noticias, pero ¿y si estuviéramos más cerca de vencer al virus de lo que parece?
Lo cierto es que el mes de noviembre nos está deparando esperanzadoras noticias respecto a las vacunas para luchar contra el coronavirus. La semana pasada conocimos que la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer, desarrollada junto a su socio alemán BioNTech, alcanzaba una eficacia del 90%. El anuncio ponía un halo de luz a la oscuridad de esta segunda ola. Pero, por si fuera poco, esta semana la empresa Moderna y los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos han desvelado que su vacuna logra una eficacia preliminar del 94,5%. Incluso, la propia Pfizer ha vuelto a lanzar un nuevo comunicado en el que, tras un análisis en mayor profundidad, aumentan la eficacia de la suya del 90% al 95%.
Estas vacunas han conseguido que los efectos adversos, uno de los principales temores, sean escasos y moderados. En el caso de la de Moderna, el comunicado señala que “la mayoría de los eventos adversos fueron de gravedad leve o moderada”, con “una corta duración”. Algunos son la fatiga, en un 9,7% de los vacunados, el dolor de cabeza, en un 4,5%, o dolores musculares, en un 8,9%. Por su parte, Pfizer se muestra en la misma línea: “La vacuna fue bien tolerada y la mayoría de los eventos adversos solicitados se resolvieron poco después de la vacunación”. Los únicos efectos secundarios relevantes fueron la fatiga, en un 3,8% de los vacunados, y el dolor de cabeza, en un 2%.
En cualquier caso, conviene mantener la prudencia y tener presentes todas esas ocasiones en las que el coronavirus nos ha recordado que sigue con nosotros. La Organización Mundial de la Salud alertó en agosto de que ningún país podría resolver esta crisis hasta la llegada de una vacuna y que, cuando esta fuera una realidad, tampoco poseeríamos una garantía absoluta de que por sí sola pondría fin a la pandemia de inmediato. Pero lo que todos tenemos claro es que solo las vacunas pueden devolver la normalidad al mundo, por lo que nos merecemos un momento para sonreír como este en el que se han conocido estos importantes avances.
Para frenar de verdad al virus será fundamental una vacunación masiva. Por ello, tanto Pfizer como Moderna solicitarán en breve un permiso de aprobación de emergencia a la agencia del medicamento estadounidense, la FDA, y a otras, como las europeas, para poder distribuir la vacuna. Mientras la reparten por el mundo, continuarán haciendo ensayos clínicos encaminados a conocer cuánto durará la inmunidad que proporcionan, motivo por el que es necesario pedir esta clase de autorización.
De acuerdo con las previsiones actuales, Pfizer planea producir 50 millones de dosis antes de que acabe el año, una cifra que aumentará significativamente en 2021: la compañía proyecta generar 1.300 millones. Por parte de Moderna, esta prevé fabricar unas 20 millones de dosis para Estados Unidos este 2020, para luego distribuir por el mundo entre 500 y 1.000 millones en 2021. Cabe recordar que Salvador Illa, ministro de Sanidad, prevé que se comience a vacunar en España después de navidades. Adelanta que, a principios del próximo año, “llegarán unas 20 millones de dosis de Pzifer, que podrían inmunizar a unas 10 millones de personas“. En este sentido, tanto la vacuna de Moderna como la de Pfizer se suministra con dos dosis. Además, y si todo va bien, Illa confía en que “en mayo ya un porcentaje relevante de la población podría estar vacunada”.
Sin duda, cada vez queda menos. Menos para que sea una realidad esa ansiada vacuna que de verdad nos haga sentir seguros cuando todos estemos vacunados. Menos para volver a abrazar a nuestros seres queridos. Así que, como bien dice el dicho, paciencia, que al final todo llega.