fbpx

Moscú, la joya roja de Rusia

Moscú rezuma historia de zares y de comunismo, pero la capital del país más grande del mundo también es una ciudad cosmopolita, donde la opulencia arquitectónica comparte protagonismo con su conocida admiración por las artes y la cultura.

Con 12 millones de habitantes, Moscú se está abriendo cada vez más al turismo. ¿Y qué tiene la ciudad roja que la haga tan atractiva? Lo resumimos en una palabra: sorprende. Su poderío no deja indiferente. La ciudad es enorme (sólo el casco antiguo ocupa 1.000 km2), sus monumentos son imponentes y su metro es el más bonito del mundo. Aquí todo es a lo grande, muestra del pasado glorioso de la Unión Soviética.

La plaza roja, el kilómetro cero

El epicentro de Moscú, su kilómetro cero, es la Plaza Roja. Aunque muchos piensan que el nombre se debe al color de los ladrillos o al comunismo, lo cierto es que es una mera cuestión de lingüística. Su denominación, Красная​ (Krásnaya), significa “roja”, pero en ruso antiguo significaba “bonita”, es decir, la plaza bonita.

Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1990, junto al Kremlin, reúne los sitios más turísticos de la ciudad. Lo primero que llama la atención es su tamaño: 330 metros de largo y 70 de ancho. Pensar en los colosales desfiles militares de la URSS, con misiles incluidos, que allí se celebraban, pone los pelos de punta.

La joya de la corona en esta Plaza Roja es, sin ningún género de duda, la Catedral de San Basilio. Su arquitectura, con sus llamativas cúpulas de colores (originalmente doradas), es famosa en el mundo entero. Es el edificio más fotografiado de Rusia, el mayor símbolo de Moscú y una de las maravillas del mundo. Está considerada una de las catedrales más bonitas de Europa.

Según la leyenda, Iván el Terrible ordenó que dejaran ciego a su arquitecto jefe para que no fuera capaz de repetir una obra arquitectónica similar.

El mausoleo de Lenin y el GUM

Comunismo y capitalismo se representan bien en la Plaza Roja. A un extremo, la tumba mausoleo de Lenin, y al otro, el gigante centro comercial GUM, un antiguo almacén de la Unión Soviética que hoy alberga tiendas de lujo de las firmas internacionales más importantes.

El corazón de Moscú, la Plaza Roja, alberga además el Museo Estatal de Historia, la tumba del soldado desconocido y la Catedral de Nuestra Señora de Kazán.

El Kremlin

Esta imponente fortaleza roja alberga palacios, donde se ubica la sede del gobierno ruso, e increíbles catedrales. Su belleza lo convierte en uno de los grandes símbolos del país.

Cerca del Kremlin, junto al río Moscova, se encuentra la Catedral de Cristo Salvador, la más grande de Rusia y la iglesia ortodoxa más alta del mundo. Fue destruida por Stalin en 1931 y reconstruida en los años 90.

Moscú, paraíso cultural y artístico

Los moscovitas siempre han demostrado auténtica devoción por sus escritores (como Gorki, Tolstói o Pushkin) y son unos verdaderos amantes del arte en todas sus expresiones.

La ciudad, plagada de teatros, cuenta con uno de los más famosos del planeta, el Teatro Bolshói, ubicado cerca de la Plaza Roja, en una de las calles más famosas de Moscú, la Tverskaya. Los amantes del arte no pueden perderse la visita a las galerías de la Isla Bolotny.

La Moscú más neoyorkina

Moscú presume de tener un impresionante skyline con rascacielos y un gran pulmón verde, elementos que tanto recuerdan a la Gran Manzana estadounidense. Al distrito financiero se unen las Siete Hermanas de Stalin, siete enormes rascacielos que el dirigente soviético ordenó construir por toda la ciudad después de la Segunda Guerra Mundial, para que Rusia no perdiera su imagen de poderío frente al mundo.

Moscú, como toda gran ciudad, también necesitaba de un espacio verde para deleite de sus habitantes y visitantes, al menos durante los meses de verano. Ese pulmón es el Parque Gorki.

 

¡Suscríbete!
Recibe nuestra Newsletter
La revista premium para gente como tú