Los restaurantes bufet son una opción fantástica para aquellos que no son capaces de decidirse por un plato de la carta. Coger un poco de comida aquí y allá resulta uno de esos pequeños placeres que nos apetece experimentar de vez en cuando y, en Francia, tenemos un lugar donde esta experiencia se lleva a la máxima expresión.
Lejos de un bufet convencional, Les Grands Buffets se postula como una experiencia gastronómica sin parangón que podemos encontrar en Narbona (Francia). En este enorme espacio, disfrutaremos del bufet más famoso del mundo (y el mejor, dicho sea de paso) en unas instalaciones cuyo interior posee un corte palaciego que nos hará sentir todo unos privilegiados.
Para empezar, la zona de mariscos es, sencillamente, apoteósica. Ostras, mejillones, almejas, bueyes de mar, langostinos, caracoles marinos… nada nos faltará en nuestro plato. Además, el salmón lo encontraremos en todas sus formas: fumado, bellevue, áspic, marinado al eneldo, gravlax, en ensalada, en mousse… Y por no hablar del foie fras, que tendremos al natural, a la sal, a la pimienta, al pimiento picante vasco, al muscat de Rivesaltes o en crema quemada.
Aunque también tendremos la ocasión de disfrutar del foie gras a la plancha en escalope o sobre tournedó. En este caso, deberemos ir a otro de las partes más espectaculares de Les Grands Buffets: el asador. Es aquí donde los comensales disfrutarán de un espectáculo excepcional, observando cómo trabajan los cocineros mientras sus pinches gritan al unísono “¡sí, chef!”. En este punto del local, llenarás tu plato con rodaballo asado, magret de pato, caracoles de Bourgogne, bogavante a la americana…
Pero, si vienes, caerás rendido ante la joya de la corona: su zona de quesos. No en vano, Les Grands Buffets posee el récord Guinness de la mayor colección de quesos del mundo en un restaurante. Son nada menos que 111 variedades, entre los que hay presencia española con cuatro.
Y, para poner el punto dulce, su área de postres satisfará nuestros antojos con su gran fuente de chocolate, 50 pasteles caseros y otros manjares.
Maravilloso, ¿verdad? Pues espera a disfrutar de tu selección en el increíble Salón Doré, una sala con motivos versallescos que nos hará sentir parte de la realeza. ¡Cuántas películas de época podrían rodarse aquí!
Ahora que ya te hemos puesto los dientes largos, ya puedes ir buscando vuelos para ir a tu próximo festín. La felicidad está en Narbona.