En nuestra pasada visita a Madrid, durante la celebración de Fitur, teníamos una cosa clara: queríamos conocer uno de los nuevos restaurantes de la capital, Le Kañí, y saludar a nuestro querido Emilio de Ávila.
Ya te presentamos hace no mucho cuales son los restaurantes y las novedades del Grupo el Rompido, y Le Kañí es su última apertura o, como dicen, su último ‘bebé gastronómico’.
Situado en la calle Maldonado, en pleno barrio de Salamanca, es un absoluto templo para disfrutones ¡y allá que fuimos!
Empecemos por el local, con el terciopelo rojo como protagonista, con dos zonas diferenciadas, una donde destaca la barra izakaya, o el salón con mesas redondas al más puro estilo cabaret. Dispone también de privados, donde cuidan al máximo el detalle.
Allí nos encontramos a Emilio de Ávila, tinerfeño y director comercial del grupo, al que teníamos muchas ganas de ver en su nuevo proyecto y que no pudo ejercer mejor de anfitrión.
Sentados ya en la mesa, para comenzar, uno de sus cócteles de autor, el Gin basil smash, con un toque de ginebra y albahaca, perfecto para abrir boca.
Y pasemos a la comida, todo un festival de sabores. Un auténtico festín fue lo que nos dimos, un repaso a los principales y característicos platos de la cocina de Le Kañí, que destaca por sus toques afrancesados, pero con un especial protagonismo de sabores, olores y especias característicos de la ruta de la Seda. Magnífica combinación. Al frente, Álvaro Garcés y José Carlos Fuentes, un magnífico tándem.
Empezamos por unas Gyozas artesanas, versión pollo y versión gamba, para continuar con un Tiradito de atún salvaje con anguila ahumada y miso y un Tartar de atún sobre tuétano y raifort. ¡Platazos!
El segundo pase fue un equipo ganador, unas Frituras de cangrejo de concha blanda con mayo de lima y chili y una Quiche de calamar a la beurre blanc. ¡Brutales!
No podíamos dejar de probar sus opciones ‘japo’ así que degustamos dos maki rolls. Para cerrar, un Magret de pato grillé con hosin-niku acompañad de Broccoli flamée con tahina y citron.
Como no podía ser de otra manera, el postre estuvo a la altura de todo el menú que le precedió, volviendo a unir en un mismo plato a Francia y Asia, con una Creme brulee de estilo asiático, acompañada de un helado de anís.
De jueves a sábado tienen DJ en directo, nosotros fuimos un miércoles, pero el musicón que tienen en su playlist genera un buen rollazo y un ambientazo, que hace que Le Kañí, en todo su conjunto, sea ‘la caña’. Deseando volver.