Los años veinte del siglo XXI prometen ser otro punto de inflexión en la carrera espacial. En esta década, la NASA planea llevar de nuevo al ser humano a la Luna con el programa Artemis, pero esta vez con el objetivo último de instalarnos en nuestro satélite. Para ello, es imprescindible que se desarrollen ambiciosos e innovadores proyectos. Uno de ellos es Olympus, que quiere erigir una base lunar impresa en 3D.
El proyecto surge de la concesión de un contrato gubernamental, que incluye fondos de la NASA, a la empresa ICON para comenzar la investigación y el desarrollo de un sistema de construcción espacial que busca apoyar la exploración futura de la Luna. La compañía es una desarrolladora de tecnologías robóticas, de software y materiales de construcción. Es conocida por su avanzada impresión 3D en la edificación de viviendas. Además, ICON ha contratado a dos estudios de arquitectura de gran trayectoria como socios del proyecto: Bjarke Ingels Group (BIG) y Space Exploration Architecture (SEArch+).
Este contrato busca la creación de una infraestructura robusta en la Luna que brinde una protección térmica, radioactiva y contra los micro meteoritos mejor que la que son capaces de ofrecer hábitats inflables o metálicos. Con este objetivo, ICON probará un simulador de suelo lunar con varias tecnologías de procesamiento de impresión en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA. Con estas pruebas, la empresa espera que puedan diseñar elementos prototipo y demostrar que son viables para imprimirlos en el satélite. Por otro lado, el proyecto Olympus únicamente se llevará a cabo con materiales autóctonos, es decir, provenientes del suelo de la Luna, sin generar residuos.
De hecho, los responsables de SEArch+ creen que este método de construcción robótico será fundamental en nuestro planeta: “La impresión 3D con materiales autóctonos es una solución sostenible y versátil para la construcción fuera del mundo que demostrará ser vital para nuestro futuro aquí en la Tierra y en el espacio exterior”. Para imprimir la base lunar se partirá de la tecnología de ICON mostrada en el evento 3D Printed Habitat Challenge de la NASA de 2018, que será empleada en el simulador de la superficie de la Luna.
Los planes son, sin duda, muy ambiciosos y solo concebibles a largo plazo. Como muy pronto, la humanidad no volverá a pisar la Luna hasta que la NASA lance la primera misión tripulada en 2024, mientras que las expectativas de asentamiento y colonización deberán esperar varios años más. En cualquier caso, parece evidente que estamos en los albores de una nueva era que puede convertirnos en una raza interplanetaria.