Nos dicen que son ‘verdes’, pero por detrás contaminan como los que más. Esta es la manera más sencilla de ejemplificar el greenwashing, que la Organización de las Naciones Unidas describe como “marketing engañoso y afirmaciones falsas de sostenibilidad” por parte de muchas empresas. Por ello, resulta esencial distinguir estas prácticas para saber cuándo se están aprovechando de nuestra conciencia medioambiental.
En lo relativo a su origen, el prestigioso diario británico The Guardian relata que el término greenwashing fue adoptado en 1986 por el ambientalista Jay Westerveld. Con esta palabra, aludía al lavado de imagen por parte de grandes empresas en la televisión, la radio y los periódicos, plataformas mediáticas donde presumían de proteger el medioambiente a pesar de poner en práctica actividades no sostenibles.
Con el auge de las redes sociales y la información en internet, el greenwashing continúa tan vivo como hace décadas. Estos son algunos ejemplos que te permitirán ‘cazarlo’ al vuelo:
-
- Empleo de una terminología en los productos con coletillas como ‘bio’ o ‘eco’, sin que dichos artículos sean sensiblemente diferentes de otros productos de la empresa.
- Omisión de información que permita verificar que el producto es realmente respetuoso con el medioambiente, o insertar esta en la letra pequeña por resultar engañosa.
- Campañas publicitarias que sobredimensionan las actuaciones relacionadas con la sostenibilidad de la empresa.
- La paradoja del lanzamiento de productos supuestamente ecológicos mientras la empresa mantiene procesos de producción altamente contaminantes.
-
- Técnicas de marketing engañosas que hacen que el consumidor perciba el producto más ecológico de lo que realmente es. Por ejemplo, el packaging de color verde.
- Etiquetas engañosas que sugieren una certificación en materia ecológica que no existe.
Los consejos de Naciones Unidas ante el ‘greenwashing’
Estos son solo algunos de los ejemplos más habituales del también llamado ecopostureo por parte de grandes empresas. Asimismo, Naciones Unidas invita a los consumidores a ser parte de la solución con una serie de consejos. Entre ellos, recomienda que obtengamos más información sobre las tácticas comunes del greenwashing, además de tomarnos el tiempo necesario para investigar y elegir productos de compañías que utilicen los recursos de manera responsable.
Otra recomendación de la organización internacional es que consideremos el ciclo de vida concreto de un producto; desde la extracción de las materias primas hasta su eventual eliminación. Por último, Naciones Unidas nos anima a consultar sus estándares y criterios de credibilidad para comprobar si una empresa está de verdad en el camino de reducir sus emisiones hasta la neutralidad de carbono.
Y tú, ¿reconoces el greenwashing nada más verlo o a veces caes en estos engaños?