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El verde siempre está de moda

Corría febrero de 2016 cuando Elena Gonca (directora de arte experta en diseño) y Desiré Morales (socióloga especializada en políticas de igualdad) se encontraban viendo Salvados, el programa de Jordi Évole. En esa ocasión, el episodio abordó el tema de la fast fashion.

A raíz de esto, ambas comenzaron una reflexión sobre las consecuencias de este tipo de moda. Empezaron a darse cuenta realmente de “la acumulación de ropa en los armarios, la explotación a personas y al medioambiente que genera este tipo de moda, la deslocalización de las multinacionales, la acumulación de residuos…”, y muchos otros temas relacionados con la industria textil actual.

Esta fue la chispa que comenzó a darle forma a Back to green, la tienda de ropa ética regentada por Gonca y Morales y situada en Las Palmas de Gran Canaria.

Elena Gonca y Desiré Morales.

¿Por qué el nombre Back to green?

“La reflexión sobre la acumulación de residuos de cualquier tipo siempre nos llevó a pensar que no hay nada más sostenible que lo que ya existe, que lo ideal sería parar de producir y usar lo que ya está creado: el reusar y reciclar todo lo que se pueda.

Esto nos recordó los tiempos de antes, cuando no existía el plástico o no se consumía de una manera desmesurada, cuando no se había instalado el “usar y tirar”. Y así llegamos a Back to green: vuelta al verde, al origen, a los valores de antes del plástico.

Back to green promueve una industria textil ética frente a la moda rápida. ¿En qué residen las principales diferencias?

“La moda rápida pone en el centro los beneficios empresariales por encima de las personas, los animales y el planeta en general. Fabrican en otros países donde las leyes son más laxas en cuanto a derechos laborales y protección del medioambiente, lo que les permite sacar muchas colecciones de baja calidad y muy baratas, hechas de materiales y tintes contaminantes. Se trata de un fenómeno de producción y consumo masivos.

La moda ética y sostenible pone en el centro a las personas, los animales y al planeta, promueve la dignificación de las personas que trabajan en las cadenas de producción textiles y el uso de materiales respetuosos con el medioambiente. Se trata de comprar menos y comprar mejor”.

¿Cómo ha sido el proceso de llevar a cabo esta iniciativa?

“Empezamos en una tienda física al uso en la Calle Cano en la zona de Triana. Fue un espacio concebido con la idea de tunearse y albergar un montón de actividades diferentes, y así fue: showrooms de marcas canarias, pasarela de moda consciente, conciertos, proyección de documentales o cine… A la vez fuimos desarrollando la página web, potenciando las redes sociales y participando en ferias y festivales por todo el archipiélago.

Ahora tenemos una salita que se puede visitar con cita previa, cumpliendo las medidas COVID, situado en el primer piso de Talleres Palermo. En el taller montamos pequeños mercaditos de marcas locales los fines de semana, en la primera planta existe un espacio de trabajo compartido o coworking y en la azotea una zona de relax y un huerto urbano. Y todo cerquita de la playa de Las Canteras. ¡Un sueño!”.

Tener la conciencia tranquila no tiene precio”

Para generar este tipo de confecciones éticas, ¿qué tipo de materiales utilizan?

“Nuestro proyecto ofrece prendas y complementos de tejidos ecológicos, ya sean orgánicos o reciclados: algodón orgánico, cáñamo orgánico, lino orgánico, tencel, cupro, poliéster reciclado, etc.”.

¿Es complicado, a nivel económico, trabajar con dichos materiales?

“El precio de coste de nuestros productos es más elevado porque están hechos de materiales que requieren de unas condiciones especiales y porque todas las personas que han participado en su elaboración han cobrado un salario digno. Así que tienen un precio justo en realidad”.

En la misma línea, debido a que la mayoría de las prendas tienen un coste superior a la ropa que se encuentra en gran parte de tiendas textiles al uso, ¿se les hace complicado venderlas?

“Muchas personas que se han acercado a nuestra tienda piensan que nuestros productos son caros, porque comparan con precios de tiendas de fast fashion. Intentamos hacer una reflexión con ellos, haciéndoles ver que se trata de una inversión, que son productos justos y que les van a durar más tiempo y que tener la conciencia tranquila no tiene precio. Cada vez hay más personas que lo tienen claro, y en estos cuatro años hemos fidelizado mucha clientela”.

¿Cuál dirían que es el producto más llamativo que comercializan?

“Quizás puedan llamar la atención ciertos productos fabricados a partir de materiales reciclados, como las gafas de sol de aluminio hechas a partir de latas de refresco, o las fabricadas con neumáticos de coches”.

¿Cuál es el principal problema con el que se topan las iniciativas de este tipo?

“Puede ser la buena imagen que se promueve de estas multinacionales, hasta el punto de ponerlas como ejemplo de buen hacer en las escuelas de negocio. Está tan normalizado que se convierte en un gigante difícil de combatir. Es David contra Goliat”.

Back To Green en Las Palmas de Gran Canaria.

Cada persona que da un paso hacia la moda consciente es un gran logro”

Comercializan prendas de diversas marcas de ropa como Knowledgecotton Apparel, Thinking Mu o Parafina, entre otras. ¿Trabajan también con marcas o trabajadores que realicen piezas artesanas del archipiélago?

“Sí, desde el comienzo trabajamos también con marcas locales. Es una parte muy importante de la moda sostenible que promovemos, ya que no tiene tanta huella ecológica como pueden tener otras marcas que vienen de más lejos, aunque en Canarias no tenemos industria y siempre hay que traer de fuera al menos las telas. CHORLITO es una marca de camisetas de Tenerife con la que trabajamos casi desde el principio”.

¿Creen que en el futuro las grandes multinacionales de industria textil tomarán conciencia y comenzarán a hacer una ropa más ecológica o ya es demasiado tarde?

“Muchas grandes multinacionales ya están sacando líneas de ropa ecológica. Se han apuntado al carro de “lo verde” porque está de moda y les ayuda a vender más y a limpiar su imagen, pero no porque tengan una preocupación real. Es lo que se llama “greenwashing”.

Nunca es tarde. Sabemos que es muy complicado, pero si un día todas las personas dejáramos de consumir a estas multinacionales, la quiebra sería inmediata y todo se daría la vuelta. Es el poder que tenemos, del que muchas veces no somos conscientes. Cada persona que da un paso hacia la moda consciente es un gran logro”.

Ligado a lo anterior, ¿cómo creen que contribuyen Back to green e iniciativas similares a la concienciación del público sobre cuestiones medioambientales?

“Aportamos nuestro granito de arena ofreciendo una alternativa de compra consciente y responsable y haciendo acciones de sensibilización cada vez que tenemos la oportunidad: cuando participamos en jornadas, cuando damos entrevistas como ésta o cuando mantenemos conversaciones con la clientela. Es realmente apasionante”.

Para terminar, ¿algún pequeño adelanto de novedades en la tienda?

“Acaban de llegar cositas de invierno de Thinking Mu y por primera vez hemos traído prendas de chico de esa marca, y también la nueva colección de la diseñadora canaria Rachelita, confeccionada en cupro, un novedoso material sostenible riquísimo”.

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