Una de las características inherentes al turismo de lujo es el confort. Parece lógico que, cuanto más estemos dispuestos a pagar, mayor serán las comodidades que nos pongan en bandeja. Pero ¿y si cambiáramos este concepto por uno que resulte todo lo contrario? Por sorprendente que parezca, esto es lo que propone ROCS Island Experience, toda una aventura en Indonesia para los turistas más intrépidos.
La propuesta, desde luego, es bastante singular y mantiene intacta la sensación de exclusividad. En este sentido, la empresa pone a disposición del turista una isla desconocida. Ahora bien, ROCS Island Experience insiste en que no es un hotel ni posee un servicio de este estilo como tal. En su lugar, lo que le propone es que “defina su propia aventura” y que disfrute de la oportunidad de estar “en medio de la nada” para sentirse parte del universo.
La isla Rocs es la ocasión que buscan aquellos turistas hastiados de las experiencias convencionales. Se trata, según sus organizadores, de vivir la vida del mismísimo Robinson Crusoe. Pero tampoco te van a dejar completamente a la intemperie, poniendo a tu disposición una cabaña de bambú. También contarás con un salón de hamacas bajo árboles y con un comedor al aire libre que puedes hallar tanto bajo una carpa blanca como en el único olivar de Indonesia. A partir de ahí, será tu espíritu indomable el que tome las riendas.
De este modo, ROCS Island Experience combina la exclusividad de una isla privada con experiencias que definirás por ti mismo. Conecta con tu otro ‘yo’ buceando entre mantarrayas, tiburones o tortugas, cae rendido ante la inmensidad del cielo nocturno, pasea entre manglares o practica kayak por los arrecifes.
Y siempre podrás viajar a las islas vecinas: Komodo, Ringa, Padar y Mesa. De hecho, te encontrarás ante la oportunidad de visitar pueblos tradicionales de pescadores o de observar a los famosos dragones de Komodo en su hábitat.
Además, tu estancia en esta región de Indonesia también puede servir para ayudar al desarrollo local. ROCS Island Experience te ofrece la opción de unirte a la tripulación de la isla y recolectar madera, tostar tus propios granos de café o salir a pescar.
Ciertamente, la experiencia pinta muy interesante, aunque, como ya estarás pensando, no resulta apta para cualquier bolsillo. Las tarifas giran alrededor de 10.000 dólares la noche, aunque los turistas que se animen a ello seguramente estarán convencidos de que sacar su lado más salvaje no tiene precio.