Ubicado en el punto más alto de Anaga, bordeando la Cruz de Taborno a 1.020 metros de altitud, se encuentra uno de los senderos más espectaculares y desconocidos de este macizo. Junto a la carretera vieja de Pico del Inglés, arranca con una escalera tallada directamente en la roca, una senda de unos 700 metros (casi) oculta entre los árboles.
Para empezar, su increíble flora nos dejará boquiabiertos: túneles naturales creados por ramas entrelazadas, helechos gigantes y laurisilva elevada a la máxima potencia. Además, a medida que alcanzamos la vertiente norte, bañada habitualmente por el mar de nubes, aumenta la exuberante vegetación. Esta masa forestal, que se extiende hacia el sur por el monte Aguirre y hacia el oeste casi hasta la Cruz del Carmen, alberga el mayor número de especies endémicas por kilómetro cuadrado de toda Europa.
Este tramo es parte del PR-TF2, que une el caserío de Taborno con el barrio de Valleseco. Históricamente, se trataba de un lugar clave al unir la Laguna con ambas vertientes del macizo. Actualmente, el acceso a la cumbre está restringido, ya que en el 2005 se instaló un peculiar radar redondo que presta servicio al Aeropuerto Norte.
Si al terminar el sendero, caminamos unos 200 metros más por la carretera en dirección Santa Cruz, llegaremos a Casa Carlos, donde podremos degustar unos sabrosos platos de comida casera en una terraza con inmejorables vistas a la vertiente norte de Anaga.