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El papel de la mujer en la gastronomía reclama mayor visibilidad

Coincidiendo con la semana del 8-M y el mes en el que se celebran diversos eventos con la figura de la mujer trabajadora como protagonista, acudimos ayer, martes 3 de marzo, al foro Gastronomía es femenino, donde había un objetivo muy marcado: reconocer el talento de las mujeres en el mundo de la gastronomía. De este modo, se puso el foco sobre el papel de la mujer en el sector culinario y las desigualdades que aún aguarda la profesión. A pesar de que se celebra desde 2016 a nivel nacional, el hotel GF Victoria acogió la primera jornada desarrollada en las Islas, con la periodista Rocío López como presentadora.

Aunque contábamos con la presencia de la presidenta de la Federación de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España (FACYRE) y propietaria del emblemático restaurante El Qüenco de Pepa, Pepa Muñoz no pudo asistir al evento por motivos de agenda. No obstante, la chef dedicó un mensaje conciso a sus compañeras de profesión: “Somos más de las que parece. Lo que hay que hacer es salir de la cocina”.

Pese a que cocinar fuera una actividad que llevaron durante siglos las mujeres, la fama parece estar reservada para los hombres. Tras palabras de bienvenida y ovaciones del público, el evento arrancó con un encuentro entre Silvia Fernández, chef de cocina Hotel Playa La Arena, y Marlene Hernández, copropietaria del obrador 100 % Pan y Pastelería.

Silvia, quien lleva veinte años en la profesión, aseguró que “ha sido duro y ha habido muchas injusticias en el camino, pero se me ha recompensado con la mayor de las justicias: ser jefa en el hotel”. Cuando comenzó, eran cinco mujeres y ahora son más de la mitad. Sin embargo, señaló que “el vestuario sigue siendo pequeño”. Marlene, por su parte, denunció la falta de apoyo entre las propias compañeras del sector culinario: “A veces encuentro un mayor apoyo en la parte masculina. Creo que nos cortamos entre nosotras y eso tiene que cambiar. Debemos arroparnos más”.

Como representante de las voces del éxito empresarial y del sector primario, se contó con la presencia de Cecilia Farráis Lorenzo, quien dio voz a la historia de Bodegas Tajinaste. “Chila”, que es así como la llaman, se ganó el corazón de todos los presentes e, incluso, nos hizo suspirar en más de una ocasión. “Mi madre fue y es la única referencia que tengo”, remarcó con nostalgia. Durante su intervención reflejó la importancia de la pasión y dedicación que implica su trabajo, cualidades que se desarrollaron a raíz de una viña que heredaron tras el fallecimiento de su madre Candelaria. “Hemos tenido muchos premios, pero el mejor es cuando me dicen ‘qué bueno está este vino’”, aseguró.

“Lo más importante es no generar residuos”. Victoria López es presidenta de Grupo Fedola y puso hincapié en el vínculo entre la gastronomía de calidad y la sostenibilidad. Por ello, destacó que se debe conocer la cultura y gustos de los turistas y adaptar el buffet al cliente mayoritario. De este modo, se consume lo que se produce.

Por otro lado, en la misma línea de las jornadas, la ponente contó su experiencia al convertirse en presidenta del grupo empresarial y las reacciones a las que se tuvo que enfrentar como consecuencia: “Cuando mi padre eligió que yo fuera la nueva presidenta, muchos empresarios le tomaron por loco”. Sin embargo, su padre nunca dudó de la decisión que había tomado y aseguró que fue la mejor que había tomado en la vida. “Cuando estos empresarios cambien su mentalidad, no hará falta hacer foros femeninos de ningún ámbito, porque ya estaríamos incorporadas en una sociedad totalmente igualitaria”, aseveró.

Una profesión masculinizada

Tras una pausa entre cafés y pastas de todo tipo y la entrega del Reconocimiento de Acyre Canarias y Facyre a la cocinera del restaurante Casa Tomás, Verísima García, se organizó una mesa redonda en la que la mujer trabajadora fue, una vez más, el tema principal. En ella estuvieron como protagonistas Elena Barrios, periodista gastronómica; Diana Marcelino, chef de cocina en el hotel rural Finca Salamanca; Aída Cedrés Díaz, directora de Producto Turístico en Turismo de Tenerife; y Dulce María Trujillo, segunda jefa de bares en el hotel GF Victoria.

Todas las profesionales coincidieron en una realidad: se ha avanzado con respecto a la desigualdad que existe entre ambos géneros, pero aún falta mucho por hacer. Elena Barrios, conocedora del sector gastronómico, aseguró que se trata de un ámbito muy masculinizado. Además, puso el foco sobre la dificultad a la que tienen que hacer frente aquellas mujeres que quieren acceder al mismo puesto que un hombre. “Les ha costado, muchas veces, el doble y el triple que a ellos. No lo denominemos ‘igualdad’, sino ‘normalidad’”, insistió. “Que el hecho de acceder a determinados puestos en cocina o ser representante de una bodega sea normal para una mujer”, explicó.

“He decidido luchar y esta es mi forma de vida”. Diana Marcelino garantizó, con palabras llenas de perseverancia, que la rabia que generaron las injusticias a las que se ha tenido que enfrentar a lo largo de su trayectoria profesional las transformó en fuerza para continuar. “La razón por la que me encuentro detrás de los fogones es transmitir lo que siento a mis clientes”, continuó.

Con ella, concordó la directora de Producto Turístico en Turismo de Tenerife, Aida Cedrés, quien destacó que “tenemos todos los ingredientes para un buen plato” y que “lo importante es trabajar juntos sin diferenciarnos”. A su vez, María Trujillo dejó claro dónde se encuentra el comienzo del cambio: “Que estas reuniones sirvan para que desaparezca el concepto de hombre y mujer y seamos simplemente personas que sabemos realizar nuestro trabajo”.

La brecha salarial, romper techos de cristal y barrer los pedazos de aquellos que ya se han roto. Aún queda mucho por hacer y luchar hasta que se alcance el reconocimiento que se han merecido desde hace años las profesionales del sector de la gastronomía. Tal y como cerró el evento el alcalde del municipio de Adeje, Miguel Rodríguez Fraga, “ojalá no tengamos que celebrar más eventos como este”, porque significará que se habrá alcanzado una sociedad integradora.

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