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El mercadillo navideño en el corazón de la Selva Negra

En las afueras de Friburgo, la ciudad universitaria en el suroeste de la Selva Negra, se encuentra uno de los mercadillos navideños más impresionantes de Europa. Este evento no solo es una celebración de la Navidad, sino una inmersión en la historia y la naturaleza de la región, un espacio donde el tiempo parece detenerse bajo los arcos de un viaducto monumental, rodeado de montañas, bosques y una atmósfera mágica que evoca siglos de tradición.

Un Viaje a Través de la Historia

La Ravennaschlucht es un desfiladero que ha sido testigo de la historia de la Selva Negra durante siglos. En la Edad Media, era un punto de paso crucial para aquellos que querían cruzar este espeso bosque, viajando entre Friburgo y el otro lado de la Selva Negra. Pero lo que hoy es un lugar de belleza espectacular, antes representaba un reto para los viajeros que se aventuraban por las tortuosas sendas del “Valle del Infierno” (Höllental), que debe su nombre a los ecos inquietantes de la naturaleza salvaje que rodea la zona.

Este antiguo paso se transformó, en el siglo XIX, con la llegada de un viaducto de piedra imponente, de unos 40 metros de altura, que permitió superar las enormes pendientes y conectar Friburgo con otras regiones de la Selva Negra. El viaducto no solo facilitó el transporte, sino que también abrió el camino para que el tren del Valle del Infierno recorriera este agreste paisaje, permitiendo que los viajeros llegaran cómodamente al corazón de uno de los parajes más impresionantes de Alemania.

Es bajo estos majestuosos arcos de piedra que se monta el mercadillo navideño de Ravennaschlucht, una de las experiencias más entrañables y espectaculares para quienes desean vivir una Navidad auténtica, rodeados de naturaleza y tradiciones alemanas.

Un Mercado Bajo el Manto de la Naturaleza

Desde el 22 de noviembre hasta el 15 de diciembre, el mercadillo de Ravennaschlucht abre sus puertas para ofrecer a los visitantes una mezcla de artesanías locales, gastronomía típica alemana y una atmósfera navideña única. Los pequeños puestecitos se alinean a lo largo del desfiladero, iluminados por luces suaves que reflejan la calidez de la Navidad y contrastan con el frío aire invernal que se cuela entre los árboles.

Cada puesto es una joya artesanal, donde los visitantes pueden encontrar decoraciones navideñas hechas a mano, bisutería, productos de madera y arte tradicional de la región. Entre los aromas a pan de jengibre, salchichas alemanas y el característico Glühwein (vino caliente especiado), los asistentes pueden disfrutar de una experiencia sensorial completa. Los sabores de la Selva Negra se mezclan con el sonido de la música navideña y el crujir de la nieve bajo los pies, mientras el eco del río y el viento entre los árboles contribuyen a la atmósfera mística del lugar.

Uno de los puntos más destacados del mercado es, sin duda, la ubicación en el desfiladero. El contraste entre las luces cálidas del mercadillo y el paisaje invernal circundante crea una sensación de estar viviendo en una escena sacada de un cuento de hadas. Bajo los imponentes arcos del viaducto, el entorno se siente tanto acogedor como majestuoso, como si el propio paisaje se uniera a la celebración.

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