Después de más de una década sin pisar un escenario canarios, Don Omar regresa a Tenerife. Lo hará el 16 de julio de 2026, dentro del Tenerife Cook Music Fest en Santa Cruz, como parte de su gira de despedida, un cierre de ciclo que promete convertirse en uno de los conciertos más esperados del próximo año. Y lo más impresionante de todo es que, hasta la fecha, este es el único concierto confirmado en Europa.
Para muchos fans, será la última oportunidad de cantar junto a él esos himnos que marcaron a toda una generación. Para la isla, será un reencuentro con un artista que siempre ha tenido un lugar especial en el corazón del público.
La historia de Don Omar no empieza en un estudio ni en un escenario. Empieza en Bayamón, en una vida donde la música era más refugio que profesión. Antes de ser “El Rey”, William Omar Landrón era un joven intentando abrirse camino mientras la calle marcaba otro ritmo. Quizá por eso, cuando años después cantó “no importa lo que digan, yo sigo pa’ encima”, no era solo un verso, sino que era una biografía resumida.

Su llegada al reguetón coincidió con un momento en que el género aún buscaba legitimidad. Pero Don Omar no entró preguntando qué lugar podía ocupar; entró demostrando que tenía uno propio.
Con temas como Dale Don Dale mostró que el ritmo podía ser contundente y elegante a la vez, y que su voz iba a convertirse en una marca registrada.
Lo que diferencia a Don Omar de muchos artistas de su generación es que nunca se limitó a hacer canciones: construyó relatos. En Pobre Diabla, por ejemplo, no solo creó un éxito global; creó un personaje. Un retrato urbano que hablaba de decisiones, dolor y libertad. Y en Salió el Sol, cuando canta “cuando salga el sol, tú verás”, resume su filosofía en la que después de cada noche complicada siempre hay un regreso posible.
Su relación con el público también se explica desde ahí. Don Omar nunca ha pretendido ser perfecto ni inalcanzable. Sus letras lo han mostrado vulnerable, orgulloso, enamorado, furioso o celebrando la vida sin filtros. En Danza Kuduro, cuando invita a mover el cuerpo con “la mano arriba y la cintura sola”, lo que realmente hace es recordarnos que la música es un territorio donde todo el mundo puede ser libre por un instante.
Pero su trayectoria no ha sido lineal. Ha tenido silencios, pausas, momentos en los que decidió desaparecer para reencontrarse, como él mismo ha insinuado en entrevistas. Esos paréntesis se sienten en sus canciones más introspectivas, donde deja claro que crecer no siempre significa estar delante de una cámara. A veces crecer es simplemente tomar distancia.

Hoy, con una presencia renovada y una despedida anunciada, Don Omar demuestra que no busca repetir fórmulas ni vivir de la nostalgia. Se ha convertido en un referente de una generación entera que encontró en el reguetón mucho más que entretenimiento. Encontró identidad, escape y fuerza.
Y ese vínculo se sentirá de nuevo, quizá por última vez, el próximo 16 de julio en Santa Cruz de Tenerife, cuando suba al escenario del Tenerife Cook Music Fest dentro de su gira de despedida. Un concierto que promete convertirse en un recuerdo generacional. Las entradas estarán disponibles a través de la web oficial del festival a partir del viernes 12 de diciembre, un detalle importante porque la expectativa apunta a que será uno de los shows más demandados del verano. Porque ahí sigue él, manteniendo la misma premisa de siempre: seguir pa’ encima, sin pedir permiso y sin mirar atrás. Porque si algo define a Don Omar es esa actitud que repite una y otra vez en sus temas: seguir, caer, levantarse, crear, avanzar. O como él mismo lo dejó grabado sobre un beat: «la vida es una batalla… pero yo nunca me quito».


