El Patrimonio de la Humanidad es el título conferido a lugares de la Tierra que nos hacen recordar lo afortunados que somos de vivir en este diminuto punto azul del cosmos. Ahora, el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco ha sumado a esta lista dos nuevas localizaciones que, paradójicamente, parecen existir fuera de nuestro planeta. Hablamos de dos desiertos inundados que nos dejan paisajes realmente exóticos.
Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses (Brasil)
Sobre un área de 1500 kilómetros cuadrados, el Parque Nacional de los Lençóis Maranhenses nos brinda un paisaje de dunas de arena blanca y lagunas tan hipnótico como sorprendente. Se localiza en el nordeste del estado brasileño de Maranhão, en una zona de transición entre tres biomas diferentes del país: Cerrado, Caatinga y Amazonia.
Tal y como explica la Unesco, el parque no solo es valioso por su amplia biodiversidad, sino también por poseer “valores estéticos y geológicos/geomórficos considerables”. Cuenta con un litoral de 80 kilómetros donde las playas se van alternando con las llanuras, un bello paisaje que alcanza su culmen en las estaciones de lluvias. En estas épocas, las lagunas adquieren diferentes colores, profundidades y formas, regalando una estampa que algunos catalogarían de alienígena.
Por supuesto, se trata de todo un bastión de la biodiversidad, y en su superficie podemos localizar distintos ecosistemas aparte del de dunas, como manglares o marismas.
Desierto de Badain Jaran (China)
El noroeste de China se encuentra lleno de parajes inhóspitos y áridos, y es aquí donde encontramos el segundo de los desiertos inundados de los que te hablamos hoy. Se sitúa en la meseta de Alashan, siendo un punto de encuentro de tres regiones arenosas.
El desierto de Badain Jaran puede presumir de ser el tercero más grande del país asiático, albergando lo que la Unesco define como “megadunas y lagos interdunares”. Es, al mismo tiempo, el segundo mayor desierto de China de arenas movedizas. Y, por si fuera poco, contiene la ‘megaduna’ de arena estabilizada más grande del planeta, con 460 metros de relieve relativo.
El hecho de que sea lugar muy seco en el que apenas llueve no impide que sea posible encontrar hasta 114 lagos permanentes, con una superficie total que alcanza los 4000 kilómetros cuadrados. El número parece extraordinario, pero cobra sentido si consideramos que el desierto abarca un área de nada menos que 49000 kilómetros cuadrados.
Sin duda, dos lugares tremendamente exóticos que los más intrépidos no dudarían en visitar. ¿Cuál de ellos te ha sorprendido más?