En Japón, donde el consumo elevado de sal y aceite es tan preocupante como en otros países, la compañía Kirin Holdings ha dado un paso innovador para promover dietas más saludables. Han desarrollado una cuchara electrificada capaz de intensificar el sabor salado y umami de los alimentos, sin necesidad de añadir sal común.
Fabricada con materiales ligeros como plástico y metal, esta cuchara introduce una corriente de baja intensidad en contacto con la lengua. Esa señal eléctrica actúa directamente sobre los receptores gustativos, haciendo que los alimentos bajos en sal se perciban más sabrosos. Pesa apenas 60 gramos sin batería, y utiliza una pila de litio de tipo CR2 de tres vatios. En su mango incorpora un selector de cuatro niveles de intensidad eléctrica, y por supuesto, se emplea igual que una cuchara normal. La compañía recomienda su uso en alimentos líquidos o semilíquidos, como sopas, ramen, curry, arroz frito o platos en bol, ya que estos hacen mejor contacto con la lengua y los electrodos pueden desempeñar mejor su función.
Sin embargo, al ser un utensilio eléctrico, hay restricciones importantes para diversas personas. No es recomendada para portadores de marcapasos u otros dispositivos médicos implantados, quienes tengan alergias al metal, problemas nerviosos o faciales, trastornos hemorrágicos, mujeres embarazadas o personas con tratamientos dentales.
Las expectativas de la empresa son llegar a un millón de usuarios fuera de Japón, y su producción será limitada: salió a la venta el 20 de mayo, con un precio en Japón de unos 19 800 yenes, aproximadamente 116 € al cambio.
Una cuchara equipada con estimulación eléctrica para realzar sabores ofrece una alternativa tecnológica y original, pero su alto precio, disponibilidad limitada y restricciones de seguridad podrían impedir su adopción masiva.