Churros. Ese sabroso manjar invernal que nos calienta la barriga y el corazón en este frío mes de enero. Ya es patrimonio de la humanidad ir a pedir unos a tu bar o churrería de confianza y llevártelos a casa en una bolsa grasienta para untarlos en chocolate.
Pero ¿alguna vez has pensado en que los churros pueden ser algo más que esos troncos grasosos y convertirse en productos gourmet e ‘instagrameables’? Parece que a algunas empresas sí que se les ha pasado por la cabeza y hasta lo han materializado.
Se trata, ni más ni menos, de acercar los churros a las nuevas generaciones —si es que no los adoraban ya— con acabados refinados y llamativas presentaciones que podrían ser la evolución natural de este alimento. Es el caso de Manosanta, churrería que lleva como lema ‘colocar al churro en la posición que se merece’.
Como ellos mismos dicen, “la tradición no está reñida con la innovación y el detalle”, por lo que nos sorprenden con nuevas presentaciones de los churros, como trocearlos y espolvorearles azúcar para comerlos en un vasito. Por no hablar de su suerte de sándwich, con dos tapas a modo de churros y crema en el medio. Aunque, por supuesto, también podrás pedirlos a la antigua usanza.
Y si los de Manosanta entran por los ojos, los de Schotis no se quedan atrás. Es más, te aseguramos que cada vez aparecerán más por Instagram. Porque la tienda ofrece unos churros hipnóticos recubiertos de delicioso chocolate belga de diferentes sabores. Por ejemplo, los tienes con chocolate verde de té de matcha o de rubí, que presenta un atractivo color rosa. Si prefieres ser un poquito más conservador, también podrás disfrutarlos con chocolate con leche, negro, blanco o hasta con caramelo.
¿Te hemos puesto los dientes largos? Pues debes saber que ambas churrerías se encuentran en Madrid, por lo que es una excusa perfecta para marcarnos una escapada a la capital en estos meses de invierno. Pero tranquilo, porque con la acogida que están teniendo, seguro que los churros gourmet cada vez serán más habituales en las calles.