Girona esconde muchos tesoros que descubrir. Baños árabes, una majestuosa catedral, localizaciones donde se ha rodado Juego de Tronos, barrios históricos… Ahora bien, a las afueras de conocida como ‘Ciudad Tres Veces Inmortal’ —debido a su capacidad para resistir grandes asedios en el pasado —, las sorpresas también aguardan, y en esta ocasión te hablamos de una muy singular.
Sobre un risco basáltico de 50 metros de altura se erige Castellfollit de la Roca, un precioso pueblo de corte medieval que deja imágenes imponentes. Se trata del más pequeño de la comarca de La Garrocha y el segundo de toda Cataluña, escondido en una localización de vértigo a unos 40 minutos de la ciudad de Girona. Sus callejuelas resultan de lo más pintorescas, ocupando algo menos de un kilómetro de superficie que nos ofrece las mejores vistas a los valles de los ríos Fluvià y Toronell.
Un pueblo entre volcanes
En Castellfollit de la Roca parece que el reloj se detiene. Sus calles empedradas desembocan en la vieja iglesia de Sant Salvador, cuyo campanario lucha contra las inclemencias del tiempo a la vez que se erige como la edificación más alta del pueblo. Asimismo, la plaza de la iglesia se convierte en un espectacular mirador que nos permitirá admirar la tupida vegetación y los paisajes volcánicos del parque natural de la Zona Volcánica de la Garrocha.
No en vano, este parque natural puede presumir en sus 15000 hectáreas de ser uno de los paisajes volcánicos más importantes de Europa, contabilizándose hasta 38 conos volcánicos diferentes.
Así, en esta comarca de volcanes Castellfollit de la Roca se alza como un pueblo que resulta de obligada visita si vienes a Girona. No dudes en sucumbir al espíritu medieval de la Garrotxa gerundense.