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Carnaval de Río de Janeiro, el ‘hasta pronto’ del rey de las fiestas

En una época en la que resulta imposible celebrar eventos que conlleven importantes aglomeraciones de personas, las grandes fiestas del mundo han quedado guardadas en un cajón. La última afectada es el aclamado carnaval de Río de Janeiro, que estaba previsto para febrero de 2021 y que, por el momento, ha sido aplazado después de 108 años de celebración sin demoras.

La decisión, vistas las circunstancias actuales, resulta lógica y no ha cogido a nadie por sorpresa. La Liga Independiente de las Escuelas de Samba (Liesa) anunció el 24 de septiembre que aplazaba sus desfiles del próximo mes de febrero. Jorge Castanheira, presidente de Liesa, alegó como motivos la inseguridad e inestabilidad provocada por la pandemia, así como la incertidumbre sobre si habrá o no una vacuna a comienzos de 2021. Un día después, secundaban la decisión de las escuelas de samba los ‘blocos’, responsables de las famosas comparsas callejeras.

Eso sí, Castanheira evita hablar de una suspensión definitiva de los carnavales y confía en que sea un aplazamiento. Si la situación sanitaria mejora y llegase la vacuna, señala que podrían celebrarse en junio. Lo cierto es que, si consiguen realizarlos en esa fecha, la ciudad evitaría lo que sin duda sería un duro mazazo económico, pues el carnaval de Río de Janeiro es una fuente de ingresos vital. Solo el año pasado, la fiesta acogió a 2,1 millones de visitantes y dejó para las arcas de la urbe 900 millones de dólares, de acuerdo con la alcaldía.

Pero este carnaval no solo impacta en el ámbito económico, pues se trata de una fiesta grabada a fuego en el corazón de millones de brasileños. Cariocas y turistas, entre los que se incluyen muchísimos ciudadanos de Brasil provenientes de otros estados del país, bailan cada año al son de las comparsas en cuatro días de jolgorio y desenfreno. Y, aunque parezca mentira, la samba no marcó el inicio de esta festividad. En el siglo XIX, fueron los portugueses quienes introdujeron la costumbre del carnaval en este país a través de una fiesta llamada Entrudo. Durante esa época, por sorprendente que resulte, en los carnavales de Río se bailaban polcas y valses. Todo cambió en 1917 al llegar la samba, de raíces africanas, dando una nueva forma al carnaval y quedando ligado para siempre a este estilo musical.

Cada año, la diversión comienza en el viernes de carnaval, día en el que se celebra la Coronación del Rey Momo. Este personaje recibe las llaves de la ciudad de manos del alcalde. Por primera vez, en este 2020 la entrega de llaves se realizó un mes antes del inicio de las fiestas. Luego, el protagonismo lo acaparan las escuelas de samba, que compiten entre sí a partir del sábado con espectaculares desfiles que tienen lugar en el Sambódromo da Marquês de Sapucaí. Pero, como todo en la vida, lo bueno se hace esperar, y no es hasta el domingo y el lunes cuando las mejores escuelas luchan por el título de Campeona del Carnaval. Mientras, la ciudad se inunda de música y color en los cuatro días más esperados del año.

No obstante, si bien son los más especiales, los de Río de Janeiro no son los únicos carnavales famosos de Brasil. Cabe destacar también los de Olinda, Recife, Salvador, Florianópolis y São Paulo. Además, hace unos meses ya te hablamos de otros Carnavales del mundo que (quizás) desconocías, pero que merece la pena descubrir.

Habrá que esperar un tiempo para saber si el carnaval de Río de Janeiro se suspende definitivamente o se logra celebrar en junio. Pero, si las circunstancias sanitarias no lo permiten, estamos seguros de que cuando vuelva en el futuro lo hará con más fuerza que nunca. Y con mucha, mucha samba.

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