Río de Janeiro no puede esperar más. La ciudad está ansiosa por volver a latir y bailar a ritmo de samba entre disfraces y colores. El carnaval más famoso del mundo regresa en todo su esplendor en un año en el que las autoridades cariocas esperan que confluyan hasta cinco millones de personas, entre locales y visitantes internacionales.
Para encontrar sus orígenes, tenemos que remontarnos al siglo XVII, período en el que llegaron millones de esclavos a Brasil provenientes de África. Esto supuso instaurar en Río elementos africanos a sus tradiciones, como el baile con máscaras y disfraces confeccionados con diferentes materiales, tales como plumas o huesos. Su cometido no era otro que el de ahuyentar a espíritus malignos, pero al mismo tiempo suponía una gran expresión de júbilo. Con los años, esta fiesta fue cogiendo la forma con la que la conocemos hoy, incorporando rasgos distintivos como la samba, el frevo, el axé y el funk.
Así, el Carnaval de Río de Jainero promete un año más una explosión de creatividad, diversidad y pasión. Debes saber que la fiesta, como tal, ya ha comenzado, ya que la temporada de carnaval dio el pistoletazo de salida el 20 de enero. No obstante, los desfiles y la verdadera celebración nos esperan del 9 al 17 de febrero, fechas en las que vibraremos con las competiciones de las escuelas de samba, las carrozas y los blocos (comparsas callejeras que interpretan ritmos brasileños).
En esta edición podremos disfrutar de hasta 453 desfiles de blocos. En este sentido, la mayor concentración de estas emblemáticas comparsas tendrá lugar entre el 7 y 14 de febrero, días en los que se desarrollarán 244 desfiles. Entre los últimos actos del Carnaval de Río, brillará con luz propia el bloco de la cantante Anitta, quien realizará un enorme despliegue a ritmo de sonidos urbanos.
Aparte de los desfiles en el Sambódromo, quien visite Río de Janeiro en sus carnavales también podrá disfrutar de otros eventos de baile alrededor de la ciudad y de fiestas en la playa, entre otros actos. Un acontecimiento digo de vivir, al menos, una vez en la vida.