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Los años veinte del turismo espacial

Richard Branson ya puede decir que ha estado a las puertas del espacio. El multimillonario británico llegó la semana pasada al límite de nuestra atmósfera con una nave espacial de su propia compañía, Virgin Galactic. Así, el empresario cumplió el gran sueño de su infancia, observando la Tierra desde unas vistas realmente privilegiadas.

Pero Branson no es la primera persona que practica el turismo espacial. Ni será la última. De momento, en esta lista solo figuran nombres de personalidades pudientes que desean hacer realidad su deseo de explorar el cosmos a golpe de talonario. De hecho, para encontrar el primer turista espacial tenemos que remontarnos al 2001. Ese año, el magnate norteamericano Dennis Tito salió de nuestro planeta tras abonar 20 millones de dólares para montarse en una nave rusa Soyuz.

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Este multimillonario, ahora con 80 años, ha rememorado recientemente en CNN Travel el hito con mucha nostalgia. “Estaba eufórico. Fue el mejor momento de mi vida y conseguí un objetivo vital, y entonces supe que nada podría superar esto”, aseguró en mayo. Para Tito, lo mejor de la experiencia fue la gravedad cero, apreciando cómo “los lápices empezaron a flotar en el aire”, así como la inmensidad del espacio y el hecho de poder ver la curvatura de nuestro planeta.

Pero el turismo espacial volverá a la primera plana dentro de muy poco. El próximo 20 de julio llegará el turno de Jeff Bezos, creador de Amazon y la empresa aeroespacial Blue Origin, quien, pese a perder el pulso contra Branson en la carrera por realizar el primer viaje, lo superará en cuanto a altitud. Y es que su vuelo sobrepasará los 100 kilómetros de altura, también conocidos como la línea de Kármán, frente a los 80 de Branson. Es más, tanto Bezos como su empresa han insistido en que esta línea es la verdadera frontera del espacio.

Y, ¿qué hay de Elon Musk? El excéntrico fundador de SpaceX aún no ha emprendido ningún viaje espacial, pero es algo que también está en su hoja de ruta. Eso sí, por sorprendente que parezca, no lo hará con su compañía aeroespacial, sino que ha comprado un billete a Virgin Galactic por valor de 250.000 dólares. Esto refleja las buenas relaciones entre Branson y Musk, hasta el punto de que el también cofundador de Tesla estuvo presente en el día del despegue del vuelo suborbital de Branson.

Por si fuera poco, existe otro turista espacial con un objetivo mucho más ambicioso. En 2018 salió a la palestra el nombre de Yusaku Maezawa, un multimillonario japonés que anunció un acuerdo con SpaceX para convertirse en el primer turista en llegar hasta la Luna. Las cifras del trato aún son desconocidas. Incluso, se aseguró de comprar todos los billetes de la nave BFR para que nadie más pudiera viajar hasta el satélite. Este hito tendrá lugar en 2023.

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Richard Branson ©

En relación con esto, el empresario ha presentado este año el proyecto ‘Dearmoon’, mediante el cual busca a ocho personas para que le acompañen es este inolvidable viaje de forma completamente gratuita. Los candidatos, que pueden ser de cualquier parte del mundo, se inscribieron en marzo y fueron sometidos a un proceso de selección que conllevaba una entrevista online y una prueba. Después de ello, realizaron una segunda entrevista y un chequeo médico en mayo. Ahora tendrán que esperar hasta dos años para ser finalmente elegidos.

Desde luego, de momento esta parece la única manera de que el resto de la sociedad pueda disfrutar de un viaje así, aunque las compañías privadas aeroespaciales aseguran que su objetivo es ofrecer en el futuro precios asequibles. En cualquier caso, es evidente que el turismo espacial solo está en sus albores.

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