Las torres de One Za’abeel se han convertido en otro símbolo de distinción de Dubái. Pero los visitantes de la urbe no alzan la vista solo para observar su altura, sino lo que se encuentra suspendido entre ellas. Porque el reputado estudio japonés Nikken Sekkei ha añadido a la conocida como ‘ciudad del futuro’ una nueva obra de gran interés: el edificio horizontal más largo del mundo.
Hablamos de The Link, un edificio que ha sido recientemente inaugurado y que se suspende a 100 metros de altura, trasladando una inquietante sensación de ‘flotar’ en el aire. Mide la friolera de 235 metros de largo y, si le diéramos la vuelta, sería casi tan grande como las dos torres que lo sustentan. Por si fuera poco, The Link presume también de contar con lo que Nikken Sekkei denomina “el voladizo más largo del mundo”, con 67,5 metros.
Y, como ya te imaginarás, esta curiosa construcción se ha concebido como todo un exponente de lujo y confort, formando parte del resort One&Only One Za’abeel. En lo más alto alberga el beach club Tapasake, que cuenta con la infinity pool más larga de los Emiratos Árabes Unidos. Desde luego, una genial manera de aprovechar la extensión de The Link. Rodeada de sofisticadas cabañas y con unas vistas de vértigo al skyline de Dubái, aquí disfrutarás de sabrosos cócteles y de menús que incluyen delicias japonesas y peruanas.
Además, en sus entrañas alberga lo que sus creadores han llamado ‘Puente del Amor’. Se trata de una pasarela, con un diseño a la vanguardia, en la que podrás personalizar un candado y dedicárselo a esa persona tan especial. Este puente te llevará hasta la zona de restaurantes, pues la gastronomía es otra de las grandes bazas de One&Only One Za’abeel.
En este sentido, han reunidos a algunos de los chefs más reconocidos del mundo (galardonados con estrella Michelin) y a maestros mixólogos para que tu experiencia en el Salón de Comidas del Medio Oriente sea inigualable. Se trata de una oportunidad para disfrutar de una cocina fusión de alto calibre, que te traerá a la mesa sabores franceses, japoneses, árabes y tailandeses.
Aunque es una experiencia que muy pocos se podrán permitir, nunca está de más dejar volar nuestra imaginación y visualizarnos pasando un finde en un enclave así. Porque todo a lo que tu mente se le pueda ocurrir ya está en Dubái. Y si aún no existe, se encuentra en construcción.