El enólogo Raúl Pérez y el artista contemporáneo Okuda San Miguel llevaban tiempo teniendo cosas entre manos. Ahora, hemos conocido que de esta unión ha surgido algo, sencillamente, maravilloso: un vino inspirado en su propia forma de entender el arte. Le damos la bienvenida a Kolor.
Dos mundos distintos que confluyen para llevar el arte gastronómico y el de la pintura urbana a su máxima expresión, buscando siempre un objetivo que ambos comparten: emocionar. Y lo hacen en un sector muy tradicional, pero que cada vez está más abierto a nuevas formas de expresión. Una colaboración, sin duda, inesperada, que comienza con un encuentro donde estos dos genios comparten sus ideas, reflexiones, conceptos e inquietudes sobre la vida y sus diferentes disciplinas profesionales.
Fruto de este encuentro llega Kolor, una obra única que se vive y se disfruta a través de los cinco sentidos. Se trata de vino tinto elaborado con uvas de la variedad Mencía de viñedos de 50 años y más, situados en el pueblo de Valtuille de Abajo, en suelos de arcilla.
La fermentación de los racimos enteros se realiza en grandes tinas de roble. La maceración dura entre dos y cinco meses. Posteriormente, se hace una crianza en barrica de roble y en cemento durante 12 meses. Con una colorida etiqueta diseñada por Okuda, Kolor es un vino embotellado sin clarificación ni filtración.
En nariz, asoman notas de violeta y aromas frescos de marcada mineralización. Están presentes ciertos recuerdos a capuccino, con un largo desarrollo de varios matices. En boca, tiene una redondez propia de los suelos arcillosos, una acidez muy bien integrada y buena estructura.
Desde luego, necesitamos más vinos como Kolor.