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Stable Diffusion, arte al alcance del teclado

¿Alguna vez has sentido envidia por el talento de ese amigo que se dedica al diseño gráfico y que es capaz de elaborar maravillosas ilustraciones? Hasta hace poco, te hubiéramos dicho que no le dieras tanta importancia y te centraras en tus propios puntos fuertes, pero lo cierto es que la tecnología avanza a pasos tan agigantados que ya tenemos una solución para ti.

El mes pasado, Stability.ai puso a disposición del público su poderoso modelo generativo de inteligencia artificial Stable Diffusion, con el que ya podrás competir de tú a tú con los mejores diseñadores gráficos que hayas conocido. El potencial de esta herramienta es desorbitado, pues te creará cualquier obra que puedas concebir, o que incluso escape de los límites de tu imaginación, de manera muy realista. ¿Tu papel? únicamente darle unas indicaciones textuales al modelo, que se encargará de cumplir tus deseos en unos pocos segundos.

Puedes pedirle absolutamente cualquier cosa. Cualquier idea alocada que se pase por esa inquietante cabecita. Un adorable oso rosa paseando en mitad de una ciudad posapocalíptica, un agujero negro absorbiendo Nueva York, un exótico paisaje alienígena con naves espaciales luchando en el cielo con estilo de van Gogh, un fan art de tu serie o personaje favorito… Las posibilidades son tantas que aún se están conociendo nuevas ideas y usos para sacar todo el jugo posible a esta herramienta tan creativa.

Ciudad japonesa al estilo de Studio Ghibli generada por Stable Diffusion.

Se trata de un fantástico empleo de la inteligencia artificial mediante el deep learning. Este concepto alude a las redes neuronales artificiales, que se basan en el comportamiento de las biológicas y están conformadas por un conjunto de nodos interconectados que, en última instancia, resuelven el el problema que le hemos planteado: en este caso, generar una imagen con las indicaciones dadas. El último avance en estos modelos generativos que usan redes neuronales artificiales son los modelos de difusión, que son los que consiguen resultados más sorprendentes en la generación de contenido visual. Estos funcionan de una manera muy curiosa, pues se entrenan ‘destruyendo’ los datos que los alimentan (que son millones y millones de imágenes) agregándoles ruido gaussiano, para aprender luego a invertir el proceso. Así, cuando le solicitemos una imagen ‘limpiará’ ruido aleatorio hasta ofrecérnosla.

Salón fotorrealista generado por Stable Diffusion.

Pese a lo impresionante que resulta tener una herramienta así, no podemos decir que Stable Diffusion sea el primer método de inteligencia artificial en ofrecer esto a un nivel tan alto. La veda la abrió el año pasado Dall-e 2, un modelo generativo de la empresa OpenAI que funciona de manera similar. También encontramos a Midjourney, que se diferencia de las dos anteriores en que las imágenes que genera son mucho más artísticas, dejando de lado el fotorrealismo. Pero lo que de verdad hace destacar a Stable Diffusion frente a las otras dos alternativas es que estas son betas privadas y restringidas, mientras que este es el primer modelo de código abierto. Es decir, que está puesto a disposición de los usuarios sin restricciones para que estos hagan con él lo que deseen.

Ecosistema robot generado por Stable Diffusion.

Sí, sabemos que te ha picado el gusanito y quieres ver de lo que es capaz este modelo. Antes que nada, debes saber que son varias las formas mediante las que puedes disfrutar de él. La primera, y la que proporciona una mejor interfaz, es a través de DreamStudio, una página web que, al usar su propia computación para generar tus imágenes, requiere un método de pago tras unas pruebas gratis.

Pero no te preocupes, también hay alternativas gratuitas, pues Stable Diffusion está disponible en cuadernos de Google Colab como este o, para una experiencia más casual, siempre puedes usar esta demo de Hugging Face (aunque, en este último caso, las imágenes tardarán unos minutos, en lugar de segundos). También puedes descargártelo sin ningún coste en tu ordenador para usarlo con tu propio hardware, si bien esta es la opción más laboriosa y requiere que tengas una tarjeta gráfica medianamente potente.

La revolución de la inteligencia artificial ya ha empezado. Y tú, ¿estás preparado para todo lo que se viene?

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